BERLÍN - Un reciente estudio del Instituto Alemán de Investigación Económica (DIW) indica que los hogares alemanes con bajos ingresos se ven afectados de forma desproporcionada por el aumento de los costes de alquiler. El estudio, publicado hoy, pone de relieve la especial presión que sufren las familias monoparentales y las personas que viven solas. Estos grupos dedican una mayor parte de sus ingresos al alquiler en comparación con las familias más ricas.
Las conclusiones del DIW revelan un marcado aumento de los precios del alquiler en la última década, con un incremento de los alquileres solicitados en todo el país del 50% entre 2010 y 2022. El aumento es aún más pronunciado en las grandes ciudades, donde los alquileres han subido hasta un 70%. Mientras tanto, los alquileres existentes han experimentado un aumento del 20%. En 2021, el 20% de las rentas más bajas gastó más de un tercio de sus ingresos en alquiler, mientras que las rentas más altas gastaron sólo una quinta parte.
La situación es especialmente grave para los hogares monoparentales y las personas que viven solas, que destinan de media el 30% de sus ingresos al alquiler. Esta cifra contrasta con la de las familias con hijos, que gastan alrededor del 20%.
Además, el porcentaje de hogares que destinan más del 40% de sus ingresos a la vivienda, lo que se considera una grave carga económica, ha aumentado del 5% al 14% en las tres últimas décadas. Esto viene a sumarse a una disminución de la disponibilidad de viviendas sociales.
A pesar de la caída de la demanda inmobiliaria debida al aumento de los tipos de interés y de los costes de construcción, el mercado del alquiler no ha experimentado un alivio, lo que ha contribuido a la crisis general del coste de la vida en Alemania. La iniciativa del gobierno alemán para atajar la escasez de vivienda, que incluía el objetivo de construir 400.000 pisos al año, se quedó corta, ya que el año anterior sólo se terminaron 294.400 pisos.
En un intento de controlar la situación, el gobierno municipal de Berlín había implantado un límite a los alquileres en 2020, que hizo que los alquileres en la capital aumentaran más de un 40% en 2023 en comparación con siete años antes. Sin embargo, esta medida fue anulada por el máximo tribunal alemán, que la declaró inconstitucional.
Los autores del estudio del DIW desaconsejan las medidas generales de control del alquiler, ya que no ayudan eficazmente a las rentas bajas. En su lugar, recomiendan ayudas específicas para estos inquilinos y un aumento de la construcción de viviendas sociales para mitigar la crisis.
Reuters ha contribuido a este artículo.
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