por César Enrique Pérez Moreno
(Retransmite la historia publicada el 4 de junio)
Infosel, junio. 5.- La delegación de funcionarios mexicanos que viajó a Estados Unidos esta semana, para encontrarse con representantes del gobierno de Donald J. Trump, tuvo su primer encuentro para discutir la situación en la frontera de ambas naciones y para tratar de alcanzar un acuerdo que evite la imposición de aranceles contra México.
La comitiva de funcionarios mexicanos, encabezada por Marcelo Ebrard, el secretario de Relaciones Exteriores, buscó a sus contrapartes para evitar que la administración Trump cumpla la amenaza de poner aranceles de al menos 5% a los productos mexicanos, a partir del 10 de junio, como represalia por el creciente flujo de migrantes originarios de Centroamérica que buscan llegar a suelo estadounidense.
Esos aranceles incluso podrían subir, de manera gradual cada mes, hasta alcanzar 25%, si la Casa Blanca cree que México no está suficientemente comprometido por frenar el tránsito de miles de ciudadanos centroamericanos, de acuerdo con la visión del presidente Trump.
Tras el encuentro, el canciller ofreció un breve mensaje a medios en el que dijo que no podía compartir detalles de lo que se estaba discutiendo, pero igual se mostró optimista de poder alcanzar un acuerdo a pesar del entorno adverso.
"Tuvimos una reunión yo diría cordial, cada quien defendió con argumentos, con firmeza, sus puntos de vista. . .no era de esperarse que en una primera reunión de dos horas te pongas por completo en algo", dijo Ebrard Casaubón, en conferencia de prensa desde la ciudad de Washington, D.C., donde se llevó a cabo el encuentro. "Lo que acordamos es que el día de mañana vamos a seguir conversaciones, porque se plantearon varios asuntos que deben ser estudiados con más cuidado y detalle para tratar de acercar las posiciones de entrada".
Si bien México rechazó ya en varias ocasiones que esté dispuesto a endurecer su postura en materia migratoria para cumplir las demandas de Washington, hoy parece haber coincidido con los funcionarios de Estados Unidos en que la crisis de la frontera debe resolverse pronto.
"El punto de partida es que ambas partes reconocemos que la situación actual no se puede mantener como está, porque se dio el reporte ahí de números y efectivamente los flujos [de migrantes] están creciendo demasiado", agregó Ebrard. "Hoy no discutimos los aranceles directamente, el diálogo estuvo enfocado en migración y en lo que México está haciendo o proponiendo a Estados Unidos, por la preocupación que tenemos sobre la migración de Centroamérica".
El presidente Trump ha sido un fuerte crítico de la llegada de migrantes desde el sur de su frontera e incluso prometió, durante la campaña, que construiría un muro para limitar la entrada de ilegales.
Sin embargo, ante la negativa del Congreso de darle una partida presupuestal para arrancar con la construcción del muro, Trump usó las facultades que tiene como presidente para declarar una crisis en la frontera y obtener recursos para la obra insignia de su campaña.
México, sin embargo, no comparte ese punto de vista y deberá convencer al gobierno estadounidense que la supuesta crisis de seguridad en la frontera debe abordarse desde un punto de vista más amplio, que ayude a desarrollar económicamente a la región, para que cada vez menos gente tenga que migrar para huir de la pobreza y de la violencia.
Incluso, hace un par de semanas el gobierno de Andrés Manuel López Obrador presentó un programa, elaborado junto a la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, o Cepal, y los gobiernos de El Salvador, Guatemala y Honduras, para apoyar el desarrollo económico de la región y reducir la migración forzada al norte del continente.
"Lo que está buscando el gobierno de Estados Unidos son medidas que tengan efecto de corto plazo o plazo inmediato, esa es la reflexión principal", agregó el canciller mexicano. "De parte de México, ustedes ya conocen nuestro posicionamiento que es hay que tomar medidas no solo en lo inmediato y no solo punitivas para que esto tenga una solución posible, es un entendimiento más amplio. En eso estamos, no está fácil, pero hay que ser optimistas".
El propio canciller dijo, un par de días antes, al llegar a suelo estadounidense, que la aplicación de aranceles sería de hecho contraproducente para los deseos de Estados Unidos, porque podría crear inestabilidad económica en México, lo que terminaría por reducir los recursos que tiene la administración de Andrés Manuel López Obrador para manejar los flujos fronterizos.
Por su parte, el presidente Trump celebró que haya avances en la negociación, aunque dijo que si no hay mayores compromisos de México seguirá adelante con su intención de poner aranceles.
"¡Se está logrando progreso, pero no estamos ni cerca! Los arrestos en la frontera durante mayo son de 133 mil porque México y los demócratas en el Congreso rechazan dar presupuesto para una reforma migratoria", escribió el mandatario en su cuenta personal de Twitter. "Las negociaciones con México continuarán con el entendimiento de que, si no se alcanza un acuerdo, los aranceles de 5% empezarán el lunes, con incrementos mensuales como está programado".
La reunión de la tarde del miércoles estuvo dirigida por parte de Estados Unidos por el vicepresidente Mike Pence y por el secretario de Estado, Mike Pompeo.