A medida que se acerca el 5 de noviembre, América Latina sigue de cerca el posible impacto de las elecciones presidenciales estadounidenses en el comercio y los aranceles regionales. La elección enfrenta a la vicepresidenta Kamala Harris contra el ex presidente Donald Trump, con implicaciones significativas para las economías de la región.
Se espera que el comercio y los aranceles, junto con la influencia de la política monetaria estadounidense en los tipos de interés mundiales, sean los principales canales a través de los cuales las elecciones podrían afectar a los mercados latinoamericanos. Las actuales tensiones económicas entre Estados Unidos y China son particularmente significativas para países como México y Brasil, con el potencial de un aumento de la volatilidad en función del resultado de las elecciones.
Se prevé que una victoria de Trump provoque cambios considerables, posiblemente presionando a las divisas y los bancos centrales de la región. Sin embargo, los países con fuertes vínculos con las materias primas o China podrían no verse tan afectados. Trump ha propuesto aranceles elevados, como un arancel del 200% sobre los vehículos importados de México, y ha indicado que utilizaría la cláusula de extinción del USMCA para negociar condiciones más favorables para Estados Unidos.
El analista de Vontobel Asset Management señaló que una presidencia de Trump podría resultar en un mayor escrutinio de las normas comerciales con México, lo que llevaría a una mayor volatilidad en los precios de los activos mexicanos. Lazard (NYSE:LAZ) señaló que el arancel universal del 10% propuesto por Trump podría servir como herramienta para influir en otras áreas políticas, incluida la migración. Esto podría tener consecuencias significativas para las economías centroamericanas que dependen en gran medida de las remesas.
Por el contrario, una victoria de Harris probablemente vería una disminución de los riesgos arancelarios y potencialmente fomentaría mejores condiciones de crecimiento e inversión en los EE. UU., lo que podría beneficiar a los activos de los mercados emergentes. La economía exportadora industrial de México podría enfrentarse a desafíos bajo el mandato de Trump, mientras que los países exportadores de materias primas podrían beneficiarse de un cambio en la dinámica comercial.
El senador JD Vance, compañero de fórmula de Trump, ha propuesto un impuesto del 10% sobre las remesas a EE.UU. Esto podría afectar gravemente a países como Honduras y El Salvador, que dependen de estos fondos para una parte sustancial de su PIB. México, como el mayor receptor de remesas de la región, podría ver una reducción de más de $ 6 mil millones anuales en base a estas medidas.
Durante los conflictos comerciales de 2018, China recurrió a Brasil para importar soja, reemplazando a Estados Unidos como proveedor. Con China como principal socio comercial de Brasil, una mayor reorientación comercial podría beneficiar a la nación sudamericana. El analista de UBS Global Wealth Management sugiere que la dinámica de una guerra comercial podría, en algunos casos, tener resultados positivos para las economías latinoamericanas al redirigir los flujos comerciales.
El resultado de las elecciones también podría influir en la política fiscal de Estados Unidos, ya que se espera que una presidencia de Trump aumente el déficit presupuestario más que bajo una administración de Harris, lo que podría conducir a una mayor inflación y tasas de interés. Esto podría tener efectos adversos sobre los activos financieros latinoamericanos.
Por último, el presidente de Argentina, Javier Milei, conocido por su estilo abrasivo similar al de Trump, podría encontrar un apoyo adicional de EE.UU. si Trump es elegido, especialmente cuando Argentina busca comprometerse con el Fondo Monetario Internacional, donde EE.UU. tiene una influencia significativa.
Reuters contribuyó a este artículo.
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