En agosto, Australia experimentó la inflación de precios al consumo más baja de los últimos tres años, debido principalmente a las rebajas del gobierno en electricidad y al descenso de los precios de la gasolina. Sin embargo, a pesar de esta ralentización, la tasa de inflación subyacente se mantuvo por encima del rango objetivo del banco central, lo que indica que persisten las presiones sobre los precios en la economía.
La Oficina Australiana de Estadística informó el miércoles de que el índice mensual de precios al consumo (IPC) aumentó un 2,7% anual en agosto, un descenso respecto al 3,5% registrado en julio y en línea con las expectativas del mercado. En términos mensuales, el IPC disminuyó un 0,2% con respecto a julio.
Las reducciones de precios más significativas se registraron en la electricidad, que bajó casi un 15% en agosto, y la gasolina, que disminuyó un 3,1%. Anualmente, los precios de la electricidad se desplomaron un 17,9%, marcando la mayor caída anual desde principios de los años 80, gracias a las subvenciones de los gobiernos federal y estatales.
El Banco de la Reserva de Australia (RBA) mantiene el tipo de interés al contado en el 4,35% desde noviembre, tras subirlo desde un mínimo pandémico del 0,1%. La decisión del banco central se basa en la valoración de que el tipo actual es suficientemente restrictivo para reconducir la inflación a su banda objetivo del 2-3%, apoyando al mismo tiempo el empleo.
A pesar de la ralentización de la inflación general, el RBA no ha señalado ninguna intención inmediata de bajar los tipos de interés, ya que la tasa de inflación subyacente, que se situó en el 3,9% el trimestre pasado, sólo ha disminuido ligeramente en el último año.
Una medida clave de la inflación subyacente, la media recortada, se ralentizó hasta una tasa anual del 3,4% desde el 3,8%. Aunque se trata de una reducción, se mantiene por encima de la banda objetivo, lo que supone un reto para posibles recortes de tipos. La inflación de los servicios también registró un descenso marginal, del 4,4% en julio al 4,2% en agosto en base anual.
La respuesta del mercado a los datos de inflación fue moderada, y el dólar australiano se estabilizó en 0,6890 $, tras retroceder desde su máximo de un año y medio. Los futuros de los bonos a tres años se mantuvieron relativamente estables en 96,64 puntos. Los mercados de swaps sugieren que hay un 75% de posibilidades de que el Banco de la Reserva de Australia comience a reducir los tipos en diciembre, tras su decisión de mantener la política monetaria estable y no hablar de subidas de tipos el martes.
Reuters ha contribuido a este artículo.
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