El Gobierno brasileño se dispone a introducir medidas destinadas a frenar el gasto obligatorio tras la conclusión de las elecciones municipales a finales de este mes. Funcionarios del Ministerio de Hacienda han indicado que la administración pretende aplicar controles del gasto para alcanzar los objetivos presupuestarios y reducir la deuda bruta por debajo del 80% del PIB.
El Presidente Luiz Inácio Lula da Silva, en el cargo desde el año pasado, se ha concentrado principalmente en aumentar los ingresos fiscales para restablecer el equilibrio fiscal del país. A pesar de ello, los inversores y los economistas se muestran escépticos sobre la capacidad de Lula para cumplir sus compromisos presupuestarios, en un contexto de subida de los tipos de interés en Brasil y de preocupación por su popularidad, que al parecer está disminuyendo según las últimas encuestas.
En una entrevista radiofónica el viernes, el Presidente Lula reiteró su compromiso de ampliar las exenciones del impuesto sobre la renta para los pobres, una promesa que pretende cumplir al final de su mandato en 2026. Esta exención llamó la atención después de que Folha de S. Paulo informara de que el Gobierno podría plantearse gravar a los millonarios para compensar el coste estimado de 35.000 millones de reales de la medida fiscal.
Fuentes del Ministerio de Hacienda han subrayado la urgencia de introducir controles del gasto, y una fuente ha declarado que el equipo económico del Gobierno lo considera más apremiante que los ajustes fiscales. Su objetivo es reforzar el marco fiscal de Brasil y dejar espacio para el gasto discrecional mediante la contención de los gastos obligatorios.
El gobierno ya ha empezado a controlar los gastos limpiando los registros públicos y abordando el fraude en los programas sociales. Ahora prepara iniciativas que requerirán la aprobación del Congreso. Un primer paquete se centrará en gastos específicos, y se espera que le suceda un segundo conjunto de propuestas más estructurales, cuyos detalles no han trascendido.
Los funcionarios también han estado examinando las normas del programa BPC, el segundo mayor programa social de Brasil, que apoya a los mayores de 65 años y a las personas con discapacidad de hogares que ganan menos de un cuarto del salario mínimo. El proyecto de presupuesto para 2025 propone una asignación de 112.900 millones de reales al programa, lo que supone un aumento del 12,7% respecto al presupuesto de este año.
El tipo de cambio actual es de 5,61 reales por dólar estadounidense.
Reuters contribuyó a este artículo.
Este artículo fue traducido con la ayuda de inteligencia artificial. Para obtener más información, consulte nuestros Términos de Uso.