En un intento por reactivar su alicaída economía, China contempla la aprobación de un paquete de estímulo fiscal superior a 10 billones de yuanes (unos 1,4 billones de dólares) en los próximos años. Según fuentes bien informadas, se espera que el Comité Permanente de la Asamblea Popular Nacional (APN) sancione esta estrategia financiera, que incluye la emisión de bonos soberanos especiales por valor de 6 billones de yuanes. Esta decisión se tomará el último día de la reunión de la APN, prevista del 4 al 8 de noviembre.
La deuda de 6 billones de yuanes, que se recaudará en un plazo de tres años, incluido 2024, tiene como principal objetivo ayudar a los gobiernos locales a gestionar los riesgos de la deuda extracontable. La suma total, recaudada tanto a través de bonos especiales del Tesoro como de bonos de gobiernos locales, representa más del 8% del PIB de China. La segunda economía del mundo ha estado lidiando con una prolongada crisis del sector inmobiliario y la creciente deuda de los gobiernos locales.
Los planes para este paquete de estímulo han sido objeto de especulación en los mercados mundiales tras el anuncio a finales de septiembre del banco central de agresivas medidas de apoyo monetario, las más significativas desde la pandemia del COVID-19. El Gobierno había insinuado un estímulo fiscal adicional, pero no había facilitado detalles financieros hasta ahora.
Las fuentes, que han solicitado el anonimato debido al carácter sensible de la información, han indicado que los planes aún no son definitivos y podrían estar sujetos a cambios. También señalaron que el CNP, que suele reunirse cada dos meses, había reprogramado su reunión de finales de octubre a principios de noviembre. Este calendario coincide con las elecciones presidenciales estadounidenses del 5 de noviembre, lo que permite a China flexibilidad para ajustar el paquete fiscal en función de los resultados electorales.
El posible regreso de Donald Trump a la presidencia puede dar lugar a una respuesta de estímulo intensificada por parte de Pekín, ya que su elección podría exacerbar los desafíos económicos para China. Trump ha ganado terreno recientemente en las encuestas frente a su oponente demócrata, la vicepresidenta Kamala Harris, y ha propuesto imponer aranceles del 60% a las importaciones chinas.
Además, el Comité Permanente de la APN puede aprobar hasta 4 billones de yuanes en bonos de propósito especial para la compra de tierras y propiedades en cinco años. Esto se sumaría a la cuota de emisión anual para los gobiernos locales, que financia proyectos de infraestructura y se fijó en 3,9 billones de yuanes para este año y 3,8 billones de yuanes en 2023. Esta medida pretende mejorar la capacidad de gestión del suelo de los gobiernos locales y aliviar las presiones de liquidez y endeudamiento sobre ellos y los promotores inmobiliarios.
Si el Comité Permanente de la APN autoriza la totalidad de las emisiones de bonos, el estímulo total podría superar los 10 billones de yuanes. Esto refleja la urgencia de Pekín por reforzar la economía, especialmente después de que China emitiera 1 billón de yuanes en bonos soberanos a finales de 2023 para infraestructuras de prevención de inundaciones y para cumplir su objetivo de crecimiento económico de aproximadamente el 5%.
El gasto fiscal actual, sin embargo, sigue siendo menor en comparación con la respuesta de 2008 a la crisis financiera mundial, en la que el estímulo chino de 4 billones de yuanes supuso el 13% de su PIB en aquel momento.
Como parte de los esfuerzos fiscales globales, se están estudiando otras iniciativas de estímulo por valor de al menos un billón de yuanes, como incentivos al consumo e inyecciones de capital en grandes bancos estatales a través de bonos especiales del Tesoro.
Reuters ha contribuido a este artículo.
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