China ha expresado su esperanza de que la Unión Europea reconsidere seriamente los aranceles previstos sobre los vehículos eléctricos (VE) chinos, sugiriendo que la medida es un paso en la dirección equivocada. El comentario, publicado en el medio de comunicación estatal Xinhua, sigue al reciente anuncio de la Comisión Europea de que aplicará aranceles adicionales de hasta el 38,1% a los coches eléctricos chinos importados a partir de julio.
El Gobierno chino ha indicado que tomará medidas para proteger sus intereses en respuesta a los aranceles. El comentario de Xinhua destacó los beneficios económicos mutuos de la cooperación entre China y la UE, haciendo hincapié en las ventajas que podrían surgir para la UE aprovechando los puntos fuertes de China en el sector de los vehículos eléctricos.
Los aranceles inminentes de la Comisión Europea oscilan entre el 17,4% para BYD (SZ:002594) y el 38,1% para SAIC Motor Corp Ltd, que se aplicarán además del arancel estándar del 10% sobre los automóviles. Esta decisión llega poco después de que Estados Unidos anunciara su intención de aumentar al 100% los aranceles sobre los vehículos eléctricos chinos.
La medida de la UE se considera una respuesta al reto que supone para los fabricantes europeos la llegada de vehículos eléctricos chinos de bajo coste. A pesar de la falta de apoyo a los aranceles dentro de la industria automovilística europea, la Presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha subrayado la necesidad de tomar medidas para evitar que el mercado europeo se vea desbordado por los VE chinos subvencionados.
Las relaciones comerciales y económicas entre la UE y China se encuentran en un momento crucial, y Xinhua subraya la importancia de que la UE demuestre una visión estratégica y a largo plazo. El comentario también sugería que aún existe la oportunidad de que ambas partes entablen consultas para encontrar una solución adecuada y evitar las consecuencias más graves de la aplicación de los aranceles.
La postura de la Comisión Europea se ha visto influida por la dependencia de los fabricantes de automóviles alemanes del mercado chino, así como por el hecho de que las empresas automovilísticas europeas importan sus propios vehículos fabricados en China. La situación pone de manifiesto las complejas interdependencias de la industria automovilística mundial y el delicado equilibrio de las relaciones comerciales.
Reuters ha contribuido a este artículo.Este artículo fue traducido con la ayuda de inteligencia artificial. Para obtener más información, consulte nuestros Términos de Uso.