Se espera que China intensifique sus medidas políticas para impulsar su economía y se esfuerce por cumplir su objetivo de crecimiento para 2024, a pesar de enfrentarse a una ralentización de la actividad económica, como indican los datos oficiales de agosto. El Presidente Xi Jinping ha instado a las autoridades a alcanzar los objetivos económicos anuales del país, que incluyen una meta de crecimiento del PIB de aproximadamente el 5%.
En respuesta a las presiones deflacionistas y a una desaceleración económica más amplia, las autoridades chinas tienen previsto reforzar la política fiscal y ajustar la política monetaria para que siga siendo acomodaticia. Para ello, el Banco Popular de China (PBOC) podría reducir los tipos de interés y el coeficiente de reservas obligatorias de los bancos. También existe la posibilidad de recortar los tipos de interés de las hipotecas existentes para apoyar a los propietarios de viviendas.
Los gobiernos locales han acelerado la emisión de bonos para financiar grandes proyectos, mientras que el gobierno central ha aumentado la emisión de deuda para apoyar sectores estratégicos clave. Sin embargo, una reunión del Partido Comunista en julio puso de relieve que la atención sigue centrada en las medidas relacionadas con la oferta, lo que sugiere que es posible que no se tomen medidas agresivas para impulsar la demanda de los consumidores y hacer frente a los riesgos de deflación.
El Director Adjunto de la Comisión de Política Económica de la Asociación China de Ciencia Política señaló que es probable que los responsables políticos redoblen sus esfuerzos, pero no se prevé un estímulo sustancial. China se ha apoyado históricamente en el gasto en infraestructuras y manufacturas para sostener el crecimiento, y el banco central ha reducido gradualmente los costes de endeudamiento.
El objetivo de crecimiento para China en 2024 sigue siendo flexible, pero varias corredurías mundiales han rebajado sus previsiones por debajo de la marca del 5%. La última vez que China incumplió su objetivo de crecimiento fue en 2022, debido a la pandemia, con un crecimiento de sólo el 3%, frente al 5,5% previsto.
El estratega principal de ANZ para China hizo hincapié en la necesidad de un mayor estímulo, anticipando un cambio en el enfoque de la política de la oferta a la demanda, esperándose un estímulo significativo en la demanda de los hogares y el consumo público. Los analistas de Morgan Stanley predicen que la expansión fiscal aumentará el gasto en seguridad social, lo que podría impulsar el consumo.
A pesar de estas medidas, ANZ mantiene su previsión de crecimiento para China en 2024 en el 4,9%, ligeramente por debajo del objetivo. El deflactor del PIB, una medida global de los precios, ha sido negativo durante cinco trimestres consecutivos, y se espera que esta tendencia continúe en el trimestre julio-septiembre, con una profundización de la deflación de los precios al productor y una atonía de los precios al consumo.
Los analistas de Societe Generale han señalado que son necesarios esfuerzos fiscales más sustanciales para contrarrestar el ciclo deflacionista y aliviar las presiones de desapalancamiento de las administraciones locales. El resurgimiento del consumo sigue siendo incierto debido a la inseguridad del empleo y de los ingresos, lo que indica un camino difícil para la recuperación económica de China.
Reuters ha contribuido a este artículo.
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