En un intento por alcanzar su objetivo de crecimiento para 2024 de aproximadamente el 5%, China está centrando su atención en impulsar el gasto de los hogares, una medida que se aleja de su tradicional dependencia de las exportaciones y la inversión en infraestructuras.
Esta semana, los dirigentes chinos anunciaron una estrategia fiscal destinada a potenciar el consumo en lo que queda de año mediante la mejora de los ingresos y el bienestar social.
Esto sigue a la reciente introducción de un programa de canje de 150.000 millones de yuanes (20.000 millones de dólares) financiado con deuda pública para bienes de consumo como electrodomésticos, lo que supone la primera iniciativa nacional de China financiada con deuda para apoyar directamente el consumo de los hogares.
Sin embargo, el programa de canje representa apenas el 0,12% del producto interior bruto chino. Los analistas de Citi sugieren que es probable que el año que viene se adopten nuevas medidas de estímulo del consumo, en previsión de mayores dificultades económicas externas.
El cambio hacia el consumo interno se produce en un momento en que el malestar mundial por el dominio comercial de China ha provocado un aumento de los aranceles y las barreras de varios países, incluidos los posibles aranceles de hasta el 60% sobre todos los productos chinos por parte de Estados Unidos si Donald Trump es reelegido.
Los gobiernos locales de China también se han mostrado cautelosos con los proyectos financiados con deuda, y un asesor económico del Gobierno ha señalado una disminución de los proyectos viables que generan ingresos estables. En el primer semestre del año, los gobiernos locales vendieron 1,49 billones de yuanes (200.000 millones de dólares) de bonos especiales de estímulo, lo que supone solo el 38% de la cuota anual, lo que indica una postura fiscal más estricta de lo previsto.
Se espera que las perspectivas de exportación de China empeoren, sobre todo con la posibilidad de que Trump vuelva a la presidencia. Yue Su, economista principal para China de Economist Intelligence Unit, calcula que un aumento del 10% de los aranceles estadounidenses a la importación podría reducir el crecimiento económico real de China entre 0,3 y 0,4 puntos porcentuales en el año siguiente y en 2026.
El gasto de consumo de China se sitúa por debajo de la media mundial, con menos del 40% del PIB. Los expertos, entre ellos Christopher Beddor, de Gavekal Dragonomics, estiman que para impulsar el consumo hasta los niveles anteriores a la pandemia podría ser necesario gastar entre 3 y 8 billones de yuanes (400.000 millones de dólares-1 billón de dólares).
El subdirector de la comisión de política económica de la Asociación China de Ciencia Política, sugiere que un estímulo a corto plazo de 5 billones de yuanes podría ser impactante, pero subraya la necesidad de una estrategia a largo plazo para mejorar la proporción de ingresos de los residentes urbanos y rurales en 20 puntos porcentuales de la renta nacional.
El tipo de cambio actual es de 7,2373 yuanes por 1 dólar estadounidense.
Reuters ha contribuido a este artículo.Este artículo fue traducido con la ayuda de inteligencia artificial. Para obtener más información, consulte nuestros Términos de Uso.