El vicepresidente del Banco Central Europeo, Luis de Guindos, ha abogado por un enfoque cauteloso en la reducción de los tipos de interés, haciendo hincapié en la necesidad de prudencia ante la gran incertidumbre que rodea a las previsiones de inflación. El BCE, que la semana pasada redujo su tipo de interés oficial desde un máximo histórico, navega por un panorama económico difícil marcado por unas expectativas de inflación más elevadas.
De Guindos expresó su confianza en que la inflación se alinee con el objetivo del BCE del 2% con el paso del tiempo, pero reconoció que es probable que el camino que queda por recorrer sea turbulento, sobre todo por la persistencia de una inflación elevada en el sector servicios. Comparó la situación actual con la navegación en un cuarto oscuro, sugiriendo que se requieren movimientos cuidadosos y deliberados.
El proceso de toma de decisiones en el BCE ha cambiado hacia un enfoque más dependiente de los datos, con la presidenta Christine Lagarde y otros miembros acordando evaluar la necesidad de cambios en los tipos reunión por reunión. Este cambio se produce después de que el banco central se viera sorprendido por unas cifras de salarios e inflación más altas de lo esperado, a pesar de haberse comprometido previamente a un recorte de tipos en junio.
Aunque de Guindos se abstuvo de predecir si se producirían nuevos recortes de tipos en los próximos meses, indicó su convencimiento de que los costes de endeudamiento disminuirían a finales del próximo año. El vicepresidente reconoció las incertidumbres a las que se enfrenta la política del BCE, pero mantuvo que la dirección general hacia unos tipos más bajos a finales de 2025 está clara.
Reuters ha contribuido a este artículo.Este artículo fue traducido con la ayuda de inteligencia artificial. Para obtener más información, consulte nuestros Términos de Uso.