El Banco Central Europeo (BCE) se dispone a bajar los tipos de interés desde máximos históricos el jueves, lo que supone un avance en su actual batalla contra la inflación, aunque sigue siendo cauto a la hora de declarar que la lucha ha terminado.
Las tasas de inflación de la zona del euro han retrocedido desde más del 10% a finales de 2022 hasta situarse justo por encima del objetivo del 2% en los últimos meses, lo que ha llevado al BCE a dar marcha atrás en su agresiva política de subidas de tipos promulgada en respuesta a las subidas de precios tras la invasión rusa de Ucrania.
La medida anticipada del BCE lo alineará con otros bancos centrales como los de Canadá, Suecia y Suiza, apartándose de la senda de la Reserva Federal estadounidense. A pesar de la reducción, no se espera que el BCE, dirigido por la presidenta Christine Lagarde, se comprometa a nuevos recortes en su reunión de julio o en las posteriores, manteniendo que cualquier decisión futura dependerá de nuevos datos.
Los economistas del Deutsche Bank (ETR:DBKGn) sugieren que el BCE tiene margen para proceder con cautela, dada la resistencia económica y la persistente inflación interna. El consenso entre 82 economistas prevé una reducción del tipo de depósito al 3,75% desde el 4,0%, lo que supondría el primer recorte desde 2019.
El economista jefe del BCE, Philip Lane, subrayó la semana pasada que el recorte de tipos no debe verse como un triunfo, sino como un movimiento estratégico supeditado a nuevos datos de inflación y demanda. Aunque se esperan otros dos recortes de tipos para finales de año, los fuertes datos recientes han aumentado la preocupación por alcanzar el objetivo de inflación del 2%, una opinión de la que se hizo eco Isabel Schnabel, miembro del consejo.
La inflación aumentó inesperadamente en mayo, sobre todo en el sector servicios, estrechamente vinculado a la demanda interna. Los salarios también han registrado aumentos superiores a los previstos en el primer trimestre, lo que podría reforzar el poder adquisitivo de los consumidores. Estos factores, junto con las encuestas positivas sobre la actividad económica, podrían llevar al BCE a revisar al alza sus previsiones del PIB para el año en curso durante la próxima publicación de proyecciones.
El BCE sigue anticipando un retorno al objetivo de inflación del 2% para el próximo año, manteniendo la puerta abierta a una mayor relajación a menos que surjan nuevas presiones inflacionistas. El economista de Berenberg considera que el recorte de tipos es un ajuste razonable, teniendo en cuenta el estancamiento económico de la zona euro desde el otoño de 2022 hasta finales de 2023, que podría indicar una prolongación excesiva de las anteriores subidas de tipos del BCE.
Reuters ha contribuido a este artículo.
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