En vísperas de las elecciones presidenciales del 5 de noviembre, el condado de Erie (Pensilvania) se ha convertido en el centro de atención de las campañas tanto del candidato republicano Donald Trump como de la vicepresidenta Kamala Harris. Conocido por su historial de votar con el candidato presidencial ganador, la importancia del condado de Erie se ve subrayada por los intensos esfuerzos de ambos partidos para asegurarse los votos.
La campaña de Trump, que opera desde una pequeña oficina en un centro comercial, ha puesto en marcha Trump Force 47, una red de voluntarios destinada a captar votantes poco frecuentes. A pesar de contar con menos recursos financieros, con 130 millones de dólares recaudados en agosto frente a los 361 millones de la campaña de Harris, el equipo de Trump está aprovechando una campaña de registro de votantes que ha reducido significativamente la ventaja histórica de los demócratas en el condado de Erie.
La campaña del vicepresidente Harris, por otro lado, cuenta con una mayor operación sobre el terreno con tres oficinas en el condado de Erie, ocho miembros del personal remunerados y más de 300 voluntarios. Sus esfuerzos se han centrado en llamar a las puertas, con el objetivo de llegar a 20.000 hogares, y movilizar a los simpatizantes, incluida la comunidad negra, que constituye el 16% de la población de Erie.
La campaña de Harris ha luchado por dinamizar a los votantes negros, en particular a los hombres, y algunos han expresado su apoyo a Trump debido a su enfoque "basado en los hechos" de las cuestiones que ellos priorizan. Otros aprecian las políticas del presidente Biden y piensan apoyar a Harris, pero el entusiasmo no es tan fuerte como en elecciones pasadas.
Ambas campañas se han enfrentado a desafíos, y los voluntarios han sufrido antagonismo y amenazas. Los partidarios de Trump se han mostrado reticentes a mostrar públicamente su apoyo, un marcado contraste con el respaldo visible en las elecciones de 2016.
La campaña de Trump se beneficia de apoyo externo, como el America PAC de Elon Musk, y ha visto cómo se reducía la brecha en el registro de votantes. En 2015, los demócratas tenían una ventaja de 33.000 votantes registrados en el condado de Erie, que ahora ha disminuido a solo 10.000. En todo el estado, la ventaja de los demócratas también ha disminuido desde 2016.
Las próximas visitas de Harris el 14 de octubre y la anterior de su compañero de candidatura Tim Walz en septiembre forman parte de la estrategia de los demócratas para captar votantes. Trump, por su parte, ha celebrado cinco mítines en Erie a lo largo de tres campañas, utilizando estos eventos para movilizar a sus partidarios.
A medida que se acercan las elecciones, las campañas prosiguen sus esfuerzos para influir en los votantes del condado de Erie, una región que podría volver a desempeñar un papel fundamental en la determinación del próximo presidente de Estados Unidos.
Reuters ha contribuido a este artículo.
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