El Tribunal Supremo de Estados Unidos ha dictado una sentencia decisiva por 6-3 según la cual el expresidente Donald Trump no puede ser enjuiciado por acciones ejecutadas dentro de sus poderes constitucionales durante su presidencia. Esta decisión, anunciada el lunes, tiene implicaciones significativas para un importante caso penal contra Trump, poniendo en duda la probabilidad de que se celebre un juicio antes de las próximas elecciones del 5 de noviembre.
El tribunal, dividido en líneas ideológicas, ha establecido que los expresidentes deben gozar de plena inmunidad judicial por sus actos oficiales mientras ocuparon el cargo. Sin embargo, esta inmunidad no se extiende al comportamiento privado. La determinación de si las acciones de Trump, citadas en la acusación, fueron oficiales corresponde ahora a la jueza de distrito Tanya Chutkan. Se espera que este proceso sea largo, pudiendo durar varios meses.
Con esta nueva sentencia, el Tribunal Supremo ha anulado la decisión de un tribunal inferior que había rechazado previamente la reclamación de inmunidad de Trump en relación con los cargos penales federales vinculados a sus intentos de anular la pérdida de las elecciones de 2020 frente a Joe Biden.
La opinión del Tribunal Supremo sugiere que las acciones presidenciales deben interpretarse en sentido amplio, haciendo hincapié en la necesidad de que los presidentes desempeñen sus funciones sin la amenaza inminente de ser procesados.
Los jueces liberales del Tribunal expresaron su firme desacuerdo, argumentando que la sentencia permite de hecho a los presidentes actuar por encima de la ley si pueden presentar sus acciones como propias de sus funciones oficiales.
Como resultado directo de la sentencia del Tribunal Supremo, la probabilidad de que un jurado evalúe la culpabilidad o inocencia de Trump en los cargos relacionados con las elecciones antes de las elecciones del 5 de noviembre, en las que podría enfrentarse de nuevo a Biden, ha disminuido significativamente.
El fallo sugiere que partes sustanciales del caso presentado por el abogado especial Jack Smith podrían ser desestimadas, en particular las derivadas de las interacciones de Trump con funcionarios del Departamento de Justicia en relación con las investigaciones sobre fraude electoral.
Los fiscales se enfrentan ahora al reto de demostrar que las acciones de Trump estaban fuera de su capacidad oficial. Se espera que esta tarea implique extensas audiencias probatorias y nuevas decisiones judiciales, que pueden restringir aún más el alcance del caso.
La sentencia también restringe las pruebas que pueden presentarse contra Trump, prohibiendo el uso de cualquier información relacionada con actos oficiales por los que goce de inmunidad en otras acusaciones penales.
La jueza Sonia Sotomayor, en nombre de los jueces liberales disidentes, expresó su profunda preocupación por las implicaciones del fallo. Advirtió que la interpretación del tribunal podría proteger a un presidente de ser procesado por abusos atroces de poder, como golpes militares, aceptación de sobornos o incluso orquestación de asesinatos políticos.
La decisión del tribunal ha introducido así una nueva dinámica en el proceso judicial contra el ex presidente, con importantes ramificaciones en el calendario y el alcance de las posibles acciones legales contra él.
Reuters ha contribuido a este artículo.Este artículo fue traducido con la ayuda de inteligencia artificial. Para obtener más información, consulte nuestros Términos de Uso.