Georges Elhedery asume su cargo como nuevo Consejero Delegado de HSBC con multitud de retos por delante. El banco, que es el mayor de Europa por activos, está lidiando con las implicaciones de la caída de los tipos de interés, las tensiones geopolíticas y una persistente crisis de préstamos dudosos en China.
Durante el mandato del Consejero Delegado saliente, Noel Quinn, HSBC emprendió una importante reestructuración, desprendiéndose de negocios poco rentables en Canadá y Francia, al tiempo que reducía sus operaciones de banca minorista en mercados menos competitivos. A pesar de estos esfuerzos, el precio de las acciones de HSBC experimentó una modesta subida del 4%, un rendimiento que quedó por detrás del aumento del 53% del índice STOXX del sector bancario y del 15% de un índice sectorial del Reino Unido.
Analistas, inversores y personas con información privilegiada han señalado cinco áreas clave de preocupación que Elhedery debe abordar. El primero es el descenso previsto de los ingresos netos por intereses, que se prevé caigan hasta los 33.000 millones de dólares en el año en curso y el siguiente, frente a los casi 36.000 millones de 2023. Esta previsión se debe a que se espera que los bancos centrales bajen los tipos de interés, lo que podría afectar a los ingresos de HSBC procedentes de su base de depósitos de 1,7 billones de dólares.
Un gestor de carteras de renta variable financiera de Algebris Investments subrayó la importancia de descubrir otras vías de crecimiento para contrarrestar la caída prevista de los beneficios relacionados con los tipos de interés.
La estrategia de HSBC para impulsar los ingresos basados en comisiones, en particular a través de la gestión de patrimonios, aún tiene que demostrar su eficacia. Los nuevos activos netos invertidos del banco aumentaron un 6%, hasta 84.000 millones de dólares en 2023, con un notable incremento del 7% en los ingresos por patrimonio en Asia. A pesar de las importantes inversiones en China, incluida la contratación de aproximadamente 1.700 gestores de patrimonio con planes de llegar a 3.000 en 2025, la unidad de banca patrimonial y personal en China registró una pérdida operativa de 90 millones de dólares el año pasado.
El panorama geopolítico presenta otro obstáculo, ya que el deterioro de las relaciones entre China y los países occidentales supone un riesgo para los beneficios del banco, que dependen en gran medida de Hong Kong y Gran Bretaña. La ambición de HSBC de hacerse con el control total de su unidad china de gestión de fondos podría verse obstaculizada por el clima político, y el mayor accionista del banco, Ping An Asset Management Co, posee una participación del 8,9%, lo que podría influir en la futura dirección del banco.
Además, Elhedery tendrá que gestionar la exposición de HSBC a los préstamos dudosos de China, que se puso de manifiesto en febrero pasado con un cargo por deterioro de 3.000 millones de dólares vinculado a la participación del banco en Bank of Communications. Con las dificultades del sector inmobiliario chino y una tasa de morosidad de los préstamos inmobiliarios en BoCom que subirá hasta el 4,49% a finales de 2023, los resultados del banco en Asia han estado bajo presión.
Por último, la huella global de HSBC se ha reducido tras las ventas de activos en Estados Unidos, Francia y Canadá. Un analista senior de renta variable de Morningstar cuestionó si estas desinversiones son suficientes para optimizar los rendimientos del banco a medio plazo, dadas las complejidades de operar un banco global bajo estrictos requisitos de capital tras la crisis financiera de 2008.
Las decisiones estratégicas de Elhedery serán fundamentales para determinar la trayectoria futura de HSBC y su capacidad para adaptarse al cambiante panorama financiero. HSBC no ha emitido ningún comentario sobre estos retos.
Reuters ha contribuido a este artículo.Este artículo fue traducido con la ayuda de inteligencia artificial. Para obtener más información, consulte nuestros Términos de Uso.