En una medida sin precedentes, Japón va a aumentar su salario mínimo medio nacional en torno a un 5%, hasta los 1.054 yenes por hora, durante este año fiscal. Este ajuste, del que informó la NHK el miércoles, supone la mayor subida de la historia del país.
La decisión de un grupo del Ministerio de Trabajo japonés se ajusta a los objetivos económicos más amplios de lograr una inflación sostenible y un crecimiento salarial sólido, condiciones que el Banco de Japón (BOJ) considera necesarias antes de plantearse una subida de los tipos de interés desde los actuales niveles cercanos a cero.
Se espera que la subida del salario mínimo legalmente vinculante mejore el poder adquisitivo de los hogares. Sin embargo, existe la preocupación de que pueda afectar a la rentabilidad de las pequeñas empresas, que ya se enfrentan a dificultades financieras.
Está previsto que en agosto se celebren debates entre representantes de los trabajadores y de las empresas para ultimar los aumentos salariales, teniendo en cuenta las circunstancias específicas de cada prefectura. La aplicación del nuevo salario mínimo por las prefecturas está prevista para octubre.
Como parte de una estrategia económica a largo plazo, el gobierno japonés se ha fijado el objetivo de elevar el salario mínimo a 1.500 yenes para mediados de la década de 2030.
Este aumento salarial responde a la escalada del coste de la vida y a la persistente escasez de mano de obra. A la luz de estas presiones, las principales empresas japonesas ya han instituido aumentos salariales que promedian el 5,1% este año, lo que supone el incremento más significativo en más de treinta años. El tipo de cambio actual es de 153,9500 yenes por dólar.
Este artículo fue traducido con la ayuda de inteligencia artificial. Para obtener más información, consulte nuestros Términos de Uso.