por Jairo Ibarra
Infosel, septiembre. 14.- La aparente animadversión de Javier Jiménez Espriú, el próximo secretario de Comunicaciones y Transportes en el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, respecto a construir una nueva terminal aérea en el país parece haber creado tensiones con sus colegas ingenieros, quienes deberían ser un aliado natural ante la posibilidad de cancelar las obras que ya están en marcha.
Jiménez, quien tiene 81 años de edad, criticó el dictamen que realizó hace unos días el Colegio de Ingenieros Civiles de México, quien defendió la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM) en el municipio de Texcoco, Estado de México, porque podría representar una opción más barata para el nuevo gobierno.
Los ingenieros civiles respaldaron ese proyecto en lugar de la alternativa de frenar esa edificación y empezar una ampliación de dos pistas en el aeropuerto militar de Santa Lucía, a fin de complementar las operaciones de la terminal aérea actual de la Ciudad de México.
De acuerdo con los expertos en construcción, el costo final de la edificación del nuevo aeropuerto en Texcoco sería de 232 mil 230 millones de pesos (12 mil 320 millones de dólares), mientras que el costo total de adecuar la terminal de Santa Lucía sería de 385 mil 738 millones de pesos (20 mil 463.5 millones de dólares).
Para esa última opción, los ingenieros calcularon un costo de cancelar los avances que hasta ahora tiene el proyecto de Texcoco de 160 mil millones de pesos (ocho mil 490 millones de dólares), aproximadamente.
"Consideramos un error solo comparar al día de hoy los costos relacionados directamente con la construcción de las terminales", dijo el Colegio de Ingenieros en su dictamen. "Tomando en consideración todos los costos relacionados con sus infraestructuras y recuperaciones correspondientes, la opción de Texcoco presenta menores costo".
Jiménez Espriú, sin embargo, descalificó el estudio de los ingenieros al considerar que tiene contradicciones, pues el Colegio decía que no contaba con suficientes datos para realizar una evaluación del caso pero después calcularon todos los costos.
"Están muy mal hechos" los estudios del Colegio de Ingenieros, dijo el futuro titular de Comunicaciones y Transportes, en un encuentro con reporteros tras salir de una reunión privada con la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción.
El dictamen del Colegio de Ingenieros coincide con otros estudios de quienes creen que, además del costo, la opción de Santa Lucía presenta mayores problemas que la de Texcoco, ya que implicaría una reducción en el número de operaciones aéreas, lo que es contrario a la necesidad de resolver la saturación del aeropuerto existente.
Diversos grupos de expertos como el Desarrollo de Sistemas Avanzados para la Aviación de la Corporación MITRE o el Instituto Mexicano para la Competitividad (Imco), han apoyado esa tesis en la que tener dos terminales aéreas en la capital del país disminuiría la capacidad de despegues y aterrizajes en la ciudad.
Sin embargo, el equipo del presidente electo Andrés Manuel López Obrador dijo que un grupo de especialistas chilenos, no identificados, contradijo esas posturas y argumentó que sí pueden cohabitar dos terminales aéreas en la capital del país, pero eso requerirá de más tecnología.