La reciente agitación política en Tailandia, marcada por la destitución del Primer Ministro Srettha Thavisin, puede agravar los problemas económicos del país. La economía tailandesa, la segunda del sudeste asiático, ha mostrado un crecimiento lento, con un aumento de apenas el 1,5% en el primer trimestre de 2024 en comparación con el mismo periodo del año anterior. Esta cifra representa una desaceleración respecto al crecimiento del 1,7% del trimestre anterior y es modesta en relación con sus homólogos regionales.
Esta nación de 66 millones de habitantes, muy dependiente del turismo, ha tenido dificultades para recuperarse del impacto de la pandemia. Sectores económicos clave, como la mayor industria automovilística de la región, se tambalean. La incertidumbre política ha suscitado inquietud en torno a la aprobación del presupuesto nacional de 3,75 billones de baht (107.000 millones de dólares) para el año fiscal 2025 y un programa de donaciones en efectivo de 500.000 millones de baht, una política central de la administración de Srettha.
El economista jefe del Standard Chartered Bank, Tim Leelahaphan, expresó que el clima político poco claro podría afectar negativamente a la política fiscal. Sin embargo, el viceministro de Finanzas provisional aseguró el jueves que la promulgación del presupuesto no se pospondría.
La destitución de Srettha por el Tribunal Constitucional el miércoles se produjo dos semanas después de que su Gobierno iniciara un proceso de registro para distribuir 10.000 baht a 50 millones de tailandeses, cumpliendo así una importante promesa electoral de su partido Pheu Thai.
La abrumadora respuesta a este reparto de "monederos digitales", con más de 16 millones de solicitudes el día de la apertura que provocaron caídas del sistema, subraya la acuciante necesidad de apoyo financiero entre los tailandeses que lidian con la desaceleración económica y los elevados niveles de deuda personal, que alcanzaron el 90,8% del PIB a finales de marzo.
El banco central ha mantenido el tipo de interés básico en el 2,50%, el más alto en más de una década, por cuarta sesión consecutiva desde junio, con expectativas de mantenerlo en la próxima reunión del 21 de agosto. La industria automovilística, incluidas las operaciones de Toyota Motor (NYSE:TM) y Honda Motor (NYSE:HMC), ha registrado en junio un descenso continuado de la producción durante 11 meses, reflejo de la caída de las ventas locales. Las cifras de exportación de automóviles y piezas de automóviles también cayeron un 0,4% en el primer semestre, con importantes caídas del mercado en Malasia y Vietnam.
La destitución de Srettha subraya la persistente ruptura entre el establishment conservador-realista y facciones populistas como el Pheu Thai. Este prolongado conflicto ha dado lugar a golpes de Estado y disturbios, poniendo en entredicho la estabilidad a largo plazo de Tailandia. El economista jefe para Asia de Capital Economics, Gareth Leather, señaló que, sin una solución para superar la división política, es probable que persista la incertidumbre económica, lo que afectará negativamente a la confianza de los inversores.
El mercado bursátil tailandés ha tenido un rendimiento inferior al de Asia este año, con una caída del 9,3%. La confianza industrial y del consumidor también alcanzaron en junio y julio sus puntos más bajos en dos años y 11 meses, respectivamente. Está previsto que el Parlamento se reúna el viernes para elegir a un nuevo Primer Ministro, y la alianza liderada por Pheu Thai cuenta con suficientes escaños para asegurar las elecciones si la coalición se mantiene unida. Aunque las calles de Bangkok permanecen tranquilas, la situación política actual podría aumentar la probabilidad de disturbios. Ciudadanos como Wilai, propietario de una librería de 60 años, expresan su preocupación por que la continua inestabilidad política pueda estancar el progreso económico.
Reuters ha contribuido a este artículo.Este artículo fue traducido con la ayuda de inteligencia artificial. Para obtener más información, consulte nuestros Términos de Uso.