En un cambio significativo, las tasas de inflación del Reino Unido han caído bruscamente, con la inflación anual de los precios al consumo alcanzando el 1,7% en septiembre, una disminución desde el 2,2% en agosto. Se trata de la tasa más baja desde abril de 2021, y las reducciones de las tarifas aéreas y de los precios de la gasolina han contribuido al descenso. La Oficina Nacional de Estadística comunicó estas cifras, que cayeron por debajo del 1,9% previsto por una encuesta entre economistas.
La libra experimentó un retroceso, perdiendo cuatro quintos de céntimo frente al dólar estadounidense y cayendo también con fuerza frente al euro. La respuesta del mercado a los datos de inflación ha sido aumentar la probabilidad de un recorte de los tipos de interés por parte del Banco de Inglaterra (BoE). Los futuros de los tipos de interés indican ahora un 90% de probabilidades de que se produzcan dos reducciones de los tipos de un cuarto de punto antes de finales de año, frente al 80% de probabilidades del día anterior.
El enfriamiento de la inflación beneficia a la Ministra de Hacienda, Rachel Reeves, que prepara su primer anuncio presupuestario para el 30 de octubre. El descenso de la inflación ofrece un contexto económico más favorable, que podría facilitar la financiación de los servicios públicos y las nuevas infraestructuras sin inquietar a los inversores.
Los planes presupuestarios son de especial interés para el Banco de Inglaterra, que considerará el impacto inflacionista de cualquier nueva medida antes de ajustar su política. El BdE, que no esperaba que la inflación de los servicios cayera por debajo del 5% este año, tendrá en cuenta la tasa de inflación de los servicios de septiembre, que cayó al 4,9%, la más baja desde mayo de 2022.
La inflación subyacente, que excluye elementos volátiles como la energía, los alimentos, el alcohol y el tabaco, también experimentó un descenso hasta el 3,2% desde el 3,6% de agosto. Esta disminución de la inflación subyacente puede proporcionar a Reeves flexibilidad adicional en sus decisiones presupuestarias.
Además, la lectura de la inflación de septiembre es importante porque sirve de referencia para diversas prestaciones sociales. Aunque la inflación inferior a la prevista puede decepcionar a algunos beneficiarios, también podría conceder a Reeves un margen de maniobra adicional en su presupuesto.
Además, hay indicios de que las presiones inflacionistas disminuirán en el futuro. Los precios de fábrica de los bienes cayeron un 0,7% hasta septiembre, el mayor descenso desde octubre de 2020, durante la pandemia de COVID.
A medida que el Reino Unido se anticipa al próximo presupuesto, la posibilidad de un recorte de tipos por parte del BoE en noviembre parece cada vez más probable, con el banco central preparado para considerar tanto los datos recientes de inflación como las medidas fiscales que se darán a conocer a finales de mes.
Reuters ha contribuido a este artículo.
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