En un reciente avance del Banco de la Reserva de Australia (RBA), la Gobernadora Adjunta Sarah Hunter ha indicado que al banco central no le preocupa que las expectativas de inflación se desanclen a corto plazo. En su intervención en una conferencia de inversión de Citi en Sídney, Hunter compartió los resultados de una nueva investigación que sugiere que los hogares han estado analizando el reciente repunte de la inflación más de lo previsto por el RBA.
La postura del RBA se produce a pesar de que la inflación subyacente se mantiene persistentemente alta en el 3,9%. Esta cifra está por encima de la banda objetivo del banco central del 2%-3%, un nivel que pretenden alcanzar para mantener la estabilidad de los precios al tiempo que apoyan el empleo. El banco central ha mantenido el tipo de efectivo en el 4,35%, un aumento significativo respecto al 0,1% durante la pandemia, por considerar que este tipo es suficientemente restrictivo para frenar la inflación con el tiempo.
Hunter subrayó la importancia de vigilar cómo evolucionan las expectativas de inflación y comprender su formación para identificar cualquier riesgo futuro de desanclaje. El RBA considera actualmente que la relación entre las expectativas salariales actuales y las expectativas de inflación es relativamente débil.
A pesar de los tipos estables desde noviembre, los swaps de mercado indican sólo un 40% de probabilidad de un recorte de tipos por parte del RBA en diciembre. Los responsables políticos no prevén que la inflación vuelva al punto medio de la banda objetivo hasta 2026. El enfoque del RBA refleja un optimismo cauto, con una atención permanente a los indicadores económicos para orientar las futuras decisiones de política monetaria.
Reuters ha contribuido a este artículo.
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