En el Reino Unido, la inflación de los precios al consumo experimentó un ligero aumento hasta el 2,2% en julio, superando por primera vez el objetivo del 2% fijado por el Banco de Inglaterra (BoE) tras mantener ese nivel durante dos meses consecutivos. Esta subida se situó justo por debajo del 2,3% previsto por los economistas.
El BoE, que había reducido los tipos de interés desde un máximo de 16 años del 5,25% a principios de agosto, había indicado previamente que las tasas de inflación de mayo y junio representaban probablemente el punto más bajo de la inflación a corto plazo.
El banco central había anticipado que el Índice de Precios de Consumo (IPC) ascendería al 2,4% en julio y proyectaba que se acercaría aproximadamente al 2,75% a finales de 2024. Esta expectativa se basa en la disminución del impacto de los importantes descensos de los precios de la energía que se produjeron en 2023. Sin embargo, el BdE prevé una reversión al objetivo del 2% en el primer semestre de 2026.
La tasa de inflación actual es notablemente inferior al máximo de 41 años del 11,1% alcanzado en octubre de 2022, que se vio impulsado por un drástico aumento de los costes de la energía y los alimentos tras la invasión a gran escala de Ucrania por parte de Rusia y los efectos persistentes del COVID-19 sobre la escasez de mano de obra y las interrupciones de la cadena de suministro.
Reuters ha contribuido a este artículo.Este artículo fue traducido con la ayuda de inteligencia artificial. Para obtener más información, consulte nuestros Términos de Uso.