En respuesta a la guerra en curso en Ucrania, la OTAN está dispuesta a intensificar sus esfuerzos para establecer normas comunes sobre municiones entre sus miembros. Durante las reuniones celebradas en Bruselas el jueves y el viernes, se espera que los ministros de Defensa den instrucciones al Secretario General, Mark Rutte, para que elabore propuestas para modernizar el proceso de normalización de la Alianza.
La iniciativa pretende reducir costes y mejorar la eficacia en el campo de batalla dando prioridad a la normalización de la munición crítica para el combate antes de abordar otros tipos de equipos militares. A pesar de las normas existentes para la munición de artillería, la adherencia entre los países de la OTAN ha sido inconsistente, lo que ha conducido a un mercado fragmentado y a retos en la cadena de suministro. En la actualidad 14 países de la OTAN tienen la opción de apartarse de la norma.
Las diferencias entre los proyectiles de artillería de 155 mm han obligado a introducir manualmente las especificaciones de los proyectiles en los sistemas de armamento, con el consiguiente riesgo de imprecisión de hasta 60 metros si no se hace correctamente. Al parecer, la OTAN está a punto de solucionar este problema con la actualización de las tablas de tiro, que se han descuidado desde la guerra fría.
En un esfuerzo paralelo, unos diez aliados, entre ellos Gran Bretaña, Alemania y Estados Unidos, firmarán el jueves una carta de intenciones para avanzar en la estandarización de las municiones de artillería. Esta medida forma parte de una estrategia más amplia para mejorar la interoperabilidad entre las fuerzas de la OTAN y hacer frente a los elevados índices de consumo de munición por parte de Ucrania, que ha estado agotando los suministros más rápidamente de lo que pueden reponerse.
Reuters ha colaborado en la elaboración de este artículo.
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