Moody's revisará el viernes la calificación crediticia soberana de Francia, un acontecimiento que los inversores en renta fija siguen muy de cerca. Actualmente, Francia tiene una calificación Aa2 de la agencia, pero el mercado anticipa una posible rebaja debido a la preocupación por la salud fiscal del país.
Las decisiones de las agencias de calificación, como Moody's, son fundamentales, ya que influyen en la capacidad de un país para obtener préstamos en los mercados de renta fija. Una rebaja de la calificación podría aumentar la presión sobre el gobierno francés y afectar a la demanda de bonos franceses, sobre todo entre los inversores extranjeros, que son los principales compradores de deuda del país.
Francia es uno de los mayores mercados de renta fija de Europa, con una deuda en circulación de aproximadamente 2,6 billones de euros (2,8 billones de dólares). El diferencial de rendimiento entre los bonos franceses y alemanes a 10 años, que refleja el rendimiento adicional que exigen los inversores por mantener deuda francesa frente a los bonos alemanes, percibidos como más seguros, se observó por última vez en 74 puntos básicos (pb).
Este diferencial se redujo ligeramente a 77 puntos básicos en el momento en que el Primer Ministro Michel Barnier presentó el proyecto de presupuesto para 2025, y había alcanzado un máximo de varios años de más de 85 puntos básicos durante el verano.
El precio de los swaps de incumplimiento crediticio (CDS) franceses, que ofrecen un seguro contra un impago, sugiere que los inversores ya están valorando el riesgo crediticio de Francia más cerca de entidades más débiles con calificación A- o incluso triple BBB, a pesar de su actual calificación AA.
Los datos de S&P Global Markets Intelligence indican que los CDS a cinco años de Francia cotizan a 33 puntos básicos, frente a los 31 puntos básicos de España, país calificado por Moody's dos escalones por debajo de Francia. Antes de las elecciones de este verano, los CDS franceses cotizaban a unos 24 puntos básicos.
En relación con esto, Moody's ya había indicado en julio que los resultados de las elecciones francesas podrían afectar negativamente a la calificación crediticia del país. Por otra parte, Fitch revisó la perspectiva de Francia a "negativa" desde "estable" a mediados de octubre, manteniendo la calificación AA-. La calificación de Francia también fue rebajada por S&P en mayo a AA-.
El rendimiento de los bonos franceses a 10 años se registró por última vez en el 3,05%, lo que supone un descenso desde el 3,2% de principios de junio. De cara al futuro, la atención del mercado se centra en la decisión de la Asamblea Nacional sobre el presupuesto para 2025, que propone recortes de gastos y subidas de impuestos por valor de 60.000 millones de euros.
El Gobierno en minoría del Primer Ministro Barnier se enfrenta al riesgo de una moción de censura mientras busca la aprobación parlamentaria del plan presupuestario.
Reuters ha contribuido a este artículo.
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