En una reciente intervención en el Congreso Bancario Europeo celebrado en Fráncfort del Meno, Joachim Nagel, Presidente del Deutsche Bundesbank, subrayó la importancia de la colaboración entre Alemania y Francia para una Europa robusta. Junto con su colega francés, François Villeroy de Galhau, Nagel destacó la necesidad de una Europa unida para afrontar los retos actuales. Los banqueros centrales también expresaron su alivio por el fin de la era de alta inflación, y trasladaron su atención a los efectos económicos e inflacionistas a largo plazo.
Nagel recordó el optimismo que siguió al final de la Guerra Fría, contrastándolo con la actual fortaleza de los regímenes autocráticos y el resurgimiento de la agresión militar, citando el ataque de Rusia a Ucrania. Señaló la vulnerabilidad de los valores liberales dentro de las democracias, aludiendo al chivo expiatorio de la Unión Europea por parte de los populistas, que obstaculiza una mayor integración.
Al abordar los retos económicos de Europa, Nagel mencionó los riesgos de las dependencias comerciales unilaterales reveladas por acontecimientos como la pandemia y las tensiones geopolíticas, abogando por cadenas de suministro más diversificadas. También mencionó la escasez de mano de obra debido a los cambios demográficos y las exigencias financieras de las transiciones digital y ecológica, que dependen en gran medida de la inversión privada. Las recientes elecciones estadounidenses se mencionaron como un desafío potencial para Europa desde el punto de vista político y económico.
Nagel hizo hincapié en el cumplimiento incompleto del Mercado Único y la integración financiera, citando la necesidad de aplicar las propuestas de los informes Letta y Draghi. Pidió que se avance en la unión bancaria, incluido un sistema conjunto de garantía de depósitos, y que se aborde el "círculo vicioso" entre soberanos y bancos. La unión de los mercados de capitales también se mencionó como un área que necesita avances, especialmente a la luz de la nueva sesión legislativa de la UE y la urgencia añadida por los resultados de las elecciones estadounidenses.
En cuanto a la política comercial, Nagel expresó su preocupación por los posibles aranceles de la administración estadounidense entrante, que podrían reavivar los conflictos comerciales y afectar al PIB mundial y a las tasas de inflación. Abogó por una respuesta europea prudente que defienda un sistema comercial multilateral basado en normas.
En conclusión, Nagel instó a la acción colectiva para construir una Europa resistente y próspera, capaz de superar sus múltiples retos mediante la unidad y la cooperación.
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