Las familias estadounidenses de ingresos medios y bajos se enfrentan a posibles tensiones financieras, con unos activos líquidos significativamente reducidos en comparación con las previsiones anteriores a la pandemia, lo que puede repercutir en el gasto de los consumidores, motor clave de la economía estadounidense.
Un informe del Banco de la Reserva Federal de San Francisco, publicado el lunes, indica que estos hogares tienen alrededor de un 13% menos de recursos como efectivo y fondos en cuentas de ahorro, corrientes y del mercado monetario de los que habrían tenido sin la perturbación económica causada por la COVID-19.
Mientras que el 20% de los hogares con ingresos más elevados vieron cómo sus activos líquidos aumentaban considerablemente en 2020 y principios de 2021, desde entonces han experimentado un descenso gradual, situándose ahora aproximadamente un 2% por debajo del nivel esperado sin la pandemia. En cambio, el resto de los hogares, que comprenden el 80% inferior de la distribución de la renta, experimentaron un aumento menos significativo de sus activos líquidos, y su superávit se agotó antes.
Los economistas Hamza Abdelrahman, Luiz Edgard Oliveira y Adam Shapiro, autores del estudio, destacaron que las menores reservas financieras y el aumento de la tensión crediticia entre la mayoría de los hogares estadounidenses podrían plantear riesgos para el crecimiento del futuro gasto de los consumidores.
A pesar de la campaña de subidas de tipos de la Reserva Federal a lo largo de 2022 y 2023, el gasto de los consumidores y el mercado laboral se han mantenido resistentes, alimentando las esperanzas de los responsables políticos de lograr un "aterrizaje suave" para la economía. Este optimismo ha permitido a los banqueros centrales estadounidenses mantener el tipo de interés oficial dentro de la horquilla del 5,25%-5,50% para seguir ejerciendo presión a la baja sobre la inflación.
Sin embargo, los últimos indicadores económicos, incluido un aumento de la tasa de desempleo hasta el 4,3% y una ralentización de la contratación en julio, han desatado la preocupación por unas políticas potencialmente demasiado restrictivas. Las conclusiones de la Reserva Federal de San Francisco pueden contribuir a estas preocupaciones, sobre todo si se tiene en cuenta que el crecimiento del gasto de los consumidores se ha desacelerado, con un aumento medio mensual del 0,3% en los tres meses transcurridos hasta junio, lo que supone el ritmo más lento en más de un año.
El presidente de la Reserva Federal de Chicago, Austan Goolsbee, expresó la semana pasada su preocupación por el aumento de la morosidad de las tarjetas de crédito como posible indicador de que la política monetaria podría ser más restrictiva de lo necesario.
Reuters ha contribuido a este artículo.Este artículo fue traducido con la ayuda de inteligencia artificial. Para obtener más información, consulte nuestros Términos de Uso.