En un movimiento estratégico para estimular la producción nacional de automóviles, Rusia va a aumentar la carga financiera de los vehículos importados a partir de 2025. Este cambio forma parte de un plan más amplio que incluye duplicar las tasas de desguace que deben pagar todos los fabricantes de automóviles. El canon de desguace es una tasa impuesta para cubrir los costes anticipados de la eventual eliminación de un vehículo, y estas tasas van a aumentar significativamente tanto para los vehículos extranjeros como para los nacionales.
El proyecto de presupuesto publicado el lunes revela que Rusia prevé un aumento sustancial de los ingresos procedentes del reciclaje de automóviles, con un incremento previsto de 2,01 billones de rublos en 2025, frente a los 1,08 billones actuales. En concreto, se espera que las tasas de desguace de coches importados asciendan a 1,14 billones de rublos el año que viene, lo que supondría un aumento significativo respecto a los 680.000 millones de rublos de este año. Del mismo modo, se prevé que las tasas para vehículos fabricados en Rusia aumenten hasta 871.500 millones de rublos desde los casi 400.000 millones de este año.
Es probable que la escalada de costes de los coches importados haga subir sus precios, lo que podría hacerlos menos atractivos para los consumidores rusos. Esto podría incentivar a los fabricantes de automóviles extranjeros, incluidas las marcas chinas que han llenado el vacío dejado por las empresas occidentales, a considerar el establecimiento de instalaciones de producción local en Rusia para mantener una ventaja competitiva.
Para aliviar parte de la presión financiera derivada del aumento de las tasas de desguace, el Gobierno ruso tiene previsto ofrecer un mayor apoyo estatal a los fabricantes locales de automóviles. Esta subvención pretende compensar una parte de sus costes de producción, fomentando así el crecimiento de la industria automovilística nacional.
El cambio en el panorama automovilístico ruso se precipitó por la marcha de los fabricantes occidentales tras la invasión de Ucrania por Moscú en febrero de 2022. El éxodo de estas empresas provocó un importante descenso de la producción nacional de automóviles, que el año pasado cayó a mínimos postsoviéticos.
Se espera que los próximos cambios en las tasas de desguace y el refuerzo de las subvenciones para los coches fabricados en Rusia remodelen aún más el mercado automovilístico del país, lo que podría conducir a un sector automovilístico más autosuficiente.
Reuters ha contribuido a este artículo.
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