KYIV - Tras un sorpresivo asalto transfronterizo a la región occidental rusa de Kursk, las fuerzas ucranianas han logrado importantes avances territoriales, estableciendo una comandancia militar en la zona de más de 1.150 kilómetros cuadrados. La maniobra ucraniana ha dado un giro al conflicto y supone la primera gran iniciativa contra Moscú en los últimos meses.
El avance ucraniano, que comenzó la semana pasada, ha supuesto la retirada de banderas rusas en las ciudades capturadas y el establecimiento de una "zona tampón", según anunciaron funcionarios en Kiev el miércoles, destinada a proteger el norte de Ucrania de los ataques rusos. Oleksandr Syrskyi, jefe de las fuerzas armadas ucranianas, confirmó el jueves el establecimiento de la oficina militar, lo que indica un punto de apoyo estratégico en la región.
La ofensiva pretende desviar a las fuerzas rusas de la región oriental ucraniana de Donbás, foco clave de los esfuerzos militares rusos. Andriy Zagorodnyuk, ex ministro de Defensa ucraniano, señaló que la incursión pretende crear una distracción, aunque actualmente no hay indicios de que las fuerzas rusas se estén alejando de Donbás.
El analista militar polaco Konrad Muzyka destacó el impacto de la incursión, describiéndola como un golpe significativo para el presidente ruso Vladimir Putin y un medio para capturar soldados rusos para posibles intercambios.
A pesar de los éxitos, preocupa la sostenibilidad de la presencia ucraniana en Kursk. Serhiy Zgurets, analista militar afincado en Kiev, especuló con la posibilidad de que Ucrania pretendiera controlar una franja de unos 20 kilómetros de ancho de territorio ruso, que podría defenderse con una fuerza reducida.
El presidente ucraniano, Volodymyr Zelenskiy, informó de pequeños avances el miércoles, mientras que un alto comandante ruso afirmó que las fuerzas ucranianas habían sido repelidas de un pueblo de la región fronteriza. Las imágenes por satélite han revelado la construcción de nuevas trincheras a mayor distancia de la frontera en Kursk, lo que indica los esfuerzos rusos por fortificar sus posiciones.
Según los informes, Rusia está utilizando unidades militares locales para contrarrestar la presencia ucraniana y ha enviado reservas sin desviar la atención de sus operaciones en Donbás. El frente oriental sigue siendo escenario de intensos combates, con Ucrania informando de importantes combates cerca de Pokrovsk y sin signos de disminución de la presión militar rusa en el este.
En respuesta a los continuos combates en Donbás, Zelenskiy ha ordenado aumentar el armamento en las ciudades de Pokrovsk y Toretsk. Un soldado ucraniano, Dmytro, expresó su malestar por la invasión de territorio extranjero, pero consideró que la acción era necesaria para evitar nuevas agresiones rusas contra Ucrania.
El Ministerio de Defensa ucraniano remitió los comentarios a las fuerzas armadas, que aún no han respondido. Las autoridades rusas han calificado el ataque ucraniano de "invasión terrorista" y han acusado a Ucrania de atacar infraestructuras civiles, afirmación que Ucrania niega.
Putin ha prometido una "respuesta digna" y ha insistido en la necesidad de retirar las tropas ucranianas de suelo ruso.
Reuters ha contribuido a este artículo.Este artículo fue traducido con la ayuda de inteligencia artificial. Para obtener más información, consulte nuestros Términos de Uso.