Una posible huelga de 45.000 trabajadores sindicados en los principales puertos marítimos de la costa este y el golfo de EE.UU. podría comenzar el 1 de octubre, amenazando con interrumpir rutas comerciales vitales en vísperas de las elecciones presidenciales estadounidenses. Los analistas de JPMorgan calculan que la huelga podría costar a la economía estadounidense hasta 5.000 millones de dólares al día.
La huelga amenaza con afectar a 36 puertos que gestionan aproximadamente la mitad de las importaciones marítimas del país, lo que podría afectar a la disponibilidad de diversas mercancías, como plátanos, ropa y automóviles. Esta interrupción podría provocar atascos de varias semanas en los puertos y contribuir al aumento de los costes de transporte en un contexto de preocupación por la inflación de la vivienda y los alimentos.
El sindicato de la Asociación Internacional de Estibadores (ILA) y la Alianza Marítima de Estados Unidos han llegado a un punto muerto en materia salarial, y el actual contrato de seis años expirará a medianoche del 30 de septiembre. Si la huelga sigue adelante, sería la primera de este tipo para la ILA desde 1977.
La Casa Blanca ha declarado que no intervendrá en el conflicto, como hizo el año pasado en las negociaciones de la Costa Oeste, y el Presidente Biden no tiene previsto hacer uso de los poderes federales para impedir la huelga.
Una huelga de gran alcance podría provocar escasez y subidas de precios en muchos sectores. Los estibadores manipulan la carga de los buques que llegan, incluidos los portacontenedores, los portavehículos y los cruceros, y son responsables del funcionamiento de las grúas, la sujeción de la carga y la tramitación del papeleo.
Los puertos bajo la posible huelga gestionaron 37.800 millones de dólares en importaciones de vehículos para el año que finaliza el 30 de junio de 2024, con el puerto de Baltimore a la cabeza en envíos de automóviles. Estos puertos también son puntos de entrada clave para maquinaria, acero fabricado e instrumentos de precisión, con importaciones valoradas en 97.400 millones de dólares, 16.200 millones de dólares y 15.700 millones de dólares, respectivamente.
Las exportaciones e importaciones agrícolas también podrían verse gravemente afectadas. La American Farm Bureau Federation informa de que el 14% de todas las exportaciones agrícolas estadounidenses por vía fluvial y el 53% de las importaciones por volumen están en riesgo, con un impacto potencial de 318 millones de dólares y más de 1.100 millones de dólares por semana, respectivamente.
Las importaciones de plátanos, que representan tres cuartas partes del total del país, pasan principalmente por estos puertos, al igual que importantes volúmenes de exportaciones de café, cacao y algodón. La industria cárnica, incluida la carne de vacuno, porcino y aves de corral, depende de contenedores refrigerados que no pueden permanecer inactivos, y una parte considerable de estas exportaciones se envía desde las costas este y del Golfo.
Además, los puertos afectados gestionan más del 91% de las importaciones y el 69% de las exportaciones de productos farmacéuticos estadounidenses en contenedores, y desde Norfolk y Charleston se envían importantes volúmenes de medicamentos vitales.
Aunque bienes de consumo como ropa y muebles podrían sufrir retrasos, se espera que los envíos de petróleo y gas, así como las exportaciones de carbón, no se vean afectados en gran medida. El ILA se ha comprometido a ocuparse de la carga militar y los cruceros de pasajeros durante la huelga.
Se prevé que los costes de transporte aumenten con las interrupciones inmediatas del comercio, y la recuperación incluso de una huelga de un día podría llevar de cuatro a seis días, y las huelgas más largas requerirían proporcionalmente más tiempo de recuperación. Maersk, uno de los principales proveedores de transporte marítimo, ha advertido de que una huelga de una semana podría suponer hasta seis semanas de recuperación, con atrasos y retrasos que empeorarían cada día.
Reuters ha contribuido a este artículo.
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