Se espera que el Banco de Japón mantenga los tipos de interés ultrabajos en su reunión del viernes. El banco central también contempla una reducción de su balance, lo que supone un prudente paso atrás en su política monetaria expansiva.
A pesar de las intenciones del Banco de Japón de normalizar la política monetaria, persisten los retos debido a la debilidad del consumo y al escepticismo sobre las perspectivas del banco de que la fuerte demanda interna mantendrá la inflación en el objetivo del 2%. La posibilidad de que los recortes de los tipos de interés en EE.UU. sean menos frecuentes podría complicar aún más las decisiones políticas del BOJ al mantener un yen más débil frente al dólar, lo que ha sido motivo de preocupación para los responsables políticos al hacer subir los precios de las importaciones y el coste de la vida, frenando así el consumo.
Junichi Makino, economista jefe de SMBC Nikko Securities, señaló que la inflación sigue por debajo del objetivo del 2% y que la demanda interna está rezagada, lo que no indica un fortalecimiento inminente de un ciclo de inflación salarial. Sin embargo, mencionó que el BOJ podría sentir la necesidad de endurecer la política monetaria si persisten los riesgos asociados a la debilidad del yen.
La atención se centra en cómo conciliará el gobernador Kazuo Ueda la reciente ralentización económica con las previsiones del banco de un progreso constante hacia su objetivo de inflación durante su sesión informativa posterior a la reunión.
Se prevé que el tipo de interés a corto plazo del Banco de Japón se mantenga entre el 0 y el 0,1%. Para hacer frente a las preocupaciones del mercado sobre cómo reducirá el Banco de Japón su balance de 5 billones de dólares, el banco central podría reducir sus compras de bonos o dar pistas sobre su futura estrategia de reducción gradual.
Una encuesta de Reuters reveló que casi dos tercios de los economistas esperan que el Banco de Japón comience a reducir el viernes sus compras mensuales de bonos, que actualmente ascienden a unos 6 billones de yenes (38.000 millones de dólares).
Este tímido paso hacia la normalización de la política monetaria por parte del Banco de Japón se produce en un momento en que otros bancos centrales ya han aplicado agresivas medidas de endurecimiento para hacer frente a la elevada inflación y están considerando ahora recortes de los tipos. La Reserva Federal mantuvo los tipos de interés estables el miércoles, indicando la posibilidad de un único recorte de tipos este año, mientras que el Banco Central Europeo redujo los tipos de interés la semana pasada por primera vez desde 2019.
El Banco de Japón abandonó los tipos negativos y el control del rendimiento de los bonos en marzo y se ha alejado de indicar que seguirá aumentando los tipos a corto plazo hasta un nivel neutral, que los analistas creen que se sitúa entre el 1% y el 2%. El gobernador Ueda ha mantenido su postura de que el aumento de los salarios apoyará la recuperación de Japón, incluso después de que la economía se contrajera en el primer trimestre.
Mientras el Banco de Japón se enfrenta a la presión de iniciar un endurecimiento cuantitativo (QT) y reducir su abultado balance para garantizar que las futuras subidas de tipos influyan efectivamente en la economía, los mercados están a la espera de los próximos pasos del banco central. El tipo de cambio del yen utilizado en este artículo es de 1 $ por 157,0300 yenes.
Reuters ha colaborado en la elaboración de este artículo.Este artículo fue traducido con la ayuda de inteligencia artificial. Para obtener más información, consulte nuestros Términos de Uso.