Por Nicolás Misculin
SAN MIGUEL, Argentina, 12 jun (Reuters) - El Gobierno argentino está intentando ganar popularidad en distritos pobres de la mano de jóvenes que recorren los barrios ofreciendo ayuda social, pero la iniciativa no ha logrado grandes avances cuando se acercan las elecciones legislativas clave de octubre.
El oficialismo se está concentrando en los suburbios de Buenos Aires, donde vive el 25 por ciento del electorado. Estos distritos, históricamente dominados por el peronismo, definirán los comicios intermedios que mostrarán hasta dónde el presidente Mauricio Macri podrá avanzar con su proyecto económico liberal.
Con el programa oficial "Acá estamos", el Gobierno nacional ha contactado a cientos de líderes de barrios pobres que gestionan comedores o centros sociales para hacerles llegar alimentos o herramientas que la población local necesita.
El plan, que depende del Ministerio de Desarrollo Social, cuenta con cerca de 250 jóvenes que en su mayoría cobran 8.000 pesos (500 dólares) mensuales para organizar la ayuda estatal a unas 500 organizaciones sociales independientes que, a su vez, dan comida o herramientas a sectores carenciados.
Pero la iniciativa de Macri, quien proviene de una poderosa familia de empresarios, no ha logrado paliar las necesidades mínimas de muchos barrios carenciados y se ha topado con la desconfianza de vecinos que creen que el Gobierno sólo busca fines electorales.
Comedores para niños carenciados de distintas regiones dijeron a Reuters que la ayuda oficial es insuficiente o que, tras la asistencia inicial, no han vuelto a ser contactados.
"Nos quedamos con una sensación agridulce", dijo Jorgelina Cardozo, secretaria del club Sol de América Varelense, que distribuye alimentos en el humilde distrito de Florencio Varela, al sur de Buenos Aires.
"Ellos iban a hacer un recorrido una vez por mes. Les abrimos las puertas, trajeron la mercadería (...) y después nunca más, no llamó más nadie", agregó.
Muchos municipios como Florencio Varela siguen gobernados por un peronismo que, aunque dejó el poder nacional en el 2015 tras una docena de años de gestión de Cristina Fernández de Kirchner y su esposo, durante décadas tejió amplias redes de contención social con la bandera de la defensa de los pobres.
Los expertos esperan que en las elecciones legislativas se mantenga el actual equilibrio en el Congreso, donde ninguna fuerza tiene mayoría absoluta. Pero el resultado podría tener un fuerte peso simbólico.
"Si Macri gana esta elección de medio mandato se lo va a percibir como un presidente que va a estar ocho años", afirmó el analista Rosendo Fraga aludiendo a una reelección.
"Si pierde, se lo va a percibir como un presidente que va a estar cuatro. El programa de reformas del Gobierno se va a hacer mucho más difícil de concretar", agregó.
GLOBOS Y CONFETI
En un festival que incluyó música en vivo, confeti y globos con el nombre del plan impreso, el Gobierno repartió días atrás decenas de instrumentos musicales a organizaciones sociales del distrito de San Miguel, al oeste de la capital.
"Esto es una ayuda para los chicos, pero los eventos que hacen tienen que ver con la política. Yo no votaría a Macri. Para mí, estamos mal", dijo a Reuters Micaela Benítez, una desempleada embarazada de 22 años que asistió al festival para ver a su pequeña hermana tocar la guitarra.
Las altas tasas de inflación y el estancamiento de la economía, que golpean sobre todo a la clase baja, son factores que generan malestar con la alianza oficialista Cambiemos, aunque los problemas se arrastran desde el Gobierno anterior.
Después de 12 años de una controvertida gestión de la centroizquierda peronista, que redujo la cifra de pobres pero ralentizó la economía con amplias regulaciones, Macri llegó al poder prometiendo liberar los mercados y combatir la pobreza.
El presidente mantuvo muchos de los planes sociales de su antecesora y buscó mostrar una imagen de mayor transparencia, aunque algunos opositores como la diputada peronista Mayra Mendoza -que trabaja con sectores carenciados- lo acusen de realizar "clientelismo".
"La política social era entendida: yo te doy, vos me das. La gente que trabaja hoy en el equipo social del Gobierno de Macri hace las cosas de manera distinta", dijo a Reuters Pedro Robledo, el subsecretario a cargo de "Acá Estamos".
Pero las inversiones que el Gobierno esperaba no han llegado al ritmo ni en la cantidad suficiente para revivir la actividad, lo que dificulta cualquier intento por bajar el actual nivel de pobreza, que llega al 30 por ciento de la población.
"Con el Gobierno anterior a mí no me faltaba nada, yo tenía todo. Ahora es complicado para mí", dijo María Cañete, que dirige un comedor infantil y aseguró que ya no recibe alimentos.
La mujer recurre a donaciones y a su propia pensión para mantener el comedor, que funciona en su propia casa del asentamiento Villa Monte Matadero, al sur de Buenos Aires, y atiende a 340 niños frente a los 200 que alimentaba en el 2015.
ELECCIONES EQUILIBRADAS
Los jóvenes que trabajan para el programa del Gobierno a diario organizan conciertos o eventos deportivos como el de San Miguel, en los que entregan productos a los organismos beneficiarios. Y aunque chocan con el desencanto de muchos, logran atraer la simpatía de otros.
"Son lindos estos eventos. Hay falta de trabajo, mi marido hace tres meses que está parado, pero todos los Gobiernos peronistas que pasaron jamás hicieron nada. Hay que darle una oportunidad a otro Gobierno (por el de Macri)", dijo Alicia Ramos, una habitante de San Miguel de 52 años.
Este mes los partidos deben definir a sus candidatos para las elecciones legislativas, que renovarán un tercio del Senado y casi la mitad de la Cámara de Diputados.
Los sondeos son dispares a la hora de marcar una tendencia en la provincia de Buenos Aires.
En medio de fuertes disputas dentro del peronismo, Fernández evalúa postularse a senadora por la provincia de Buenos Aires. Según el analista Fraga, si la exmandataria se presentara y ganara una banca, podría generar incertidumbre entre inversores que desean la continuidad de Macri.
La alianza oficialista Cambiemos no apostará por candidatos de renombre, pero cuenta con que su popular gobernadora de Buenos Aires, María Eugenia Vidal, arrastre votos decisivos.
El Gobierno y sus aliados son la primera minoría en la Cámara Baja, pero el peronismo tiene mayoría en el Senado. Entre ellos busca hacer equilibrio el Frente Renovador, una fuerza nueva capaz de decidir votaciones en el Congreso.
Hasta ahora, el impulso que Macri tuvo tras su elección sirvió para lograr la aprobación de algunas leyes importantes, pero a fines del 2016 sufrió varios reveses en el Congreso. (Editado por Juana Casas y Pablo Garibian)