El euro experimentó un retroceso, alcanzando un mínimo de nueve días, tras la decisión del Banco Central Europeo (BCE) de reducir los tipos de interés en 25 puntos básicos. Esta medida ajustó el tipo de depósito al 3,0%.
El BCE también señaló la posibilidad de nuevos recortes de tipos en el futuro, en consonancia con las expectativas de un enfoque gradual para alcanzar el objetivo de inflación a medio plazo del 2%. El comunicado del banco central indicaba una recuperación económica más lenta de lo previsto, al tiempo que mantenía que la política monetaria seguirá siendo restrictiva.
A pesar de ello, el BCE subrayó su compromiso de adoptar un enfoque dependiente de los datos y reunión por reunión, absteniéndose de comprometerse de antemano con una senda de tipos específica. Tras el anuncio, el euro cayó a 1,0470 dólares, frente a los 1,0488 dólares anteriores al recorte de tipos.
La limitada caída de la cotización del euro puede atribuirse a las anticipaciones del mercado, que habían previsto un posible recorte de tipos mayor, de 50 puntos básicos.
Al mismo tiempo, el atractivo del dólar estadounidense se ha visto reforzado por su condición de activo refugio y sus perspectivas de mayor rentabilidad. Chris Turner, director global de mercados de ING, señaló en un informe que el banco sigue favoreciendo al dólar estadounidense debido a estos atributos.
El dólar ha mantenido su fortaleza a lo largo de diciembre, ya que los socios comerciales de EE.UU., incluida la zona euro, se disponen a reducir rápidamente los tipos de interés. Según ING, el índice del dólar DXY, que registró un ligero descenso del 0,1% hasta 106,581, tiene potencial para subir hasta 107 si el BCE insinúa nuevos recortes de los tipos de interés.
En otra previsión, BNP Paribas Markets 360 pronosticó un descenso continuado del euro frente al dólar, anticipando la paridad en 2025.
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