Las autoridades financieras japonesas han adoptado recientemente tácticas nuevas y menos predecibles para defender el yen, lo que ha provocado incertidumbre entre los operadores.
Este cambio de estrategia se ha hecho evidente cuando se cree que el Banco de Japón (BOJ), bajo la dirección del Ministerio de Finanzas (MOF), ha gastado casi 6 billones de yenes (aproximadamente 38.400 millones de dólares) este mes para apoyar al yen.
El yen, que había alcanzado hace cuatro semanas su nivel más débil frente al dólar desde 1986, ha experimentado una notable intervención de las autoridades japonesas.
El Banco de Japón ha venido advirtiendo activamente de que intervendría en el mercado para frenar la excesiva volatilidad o si el valor del yen no reflejara con exactitud las condiciones económicas y monetarias de Japón.
Los operadores han observado que los métodos de intervención del BOJ han cambiado.
En lugar de intervenir cuando los rendimientos de los bonos del Tesoro de EE.UU. y el dólar estaban subiendo, el BOJ pareció vender dólares cuando la divisa estadounidense ya estaba cayendo, sobre todo después de que el 11 de julio se publicaran datos débiles sobre la inflación en EE.UU..
Este movimiento inusual provocó una fuerte caída del par dólar/yen, provocando especulaciones sobre una intervención.
Un estratega de mercado de Pepperstone señaló que el MOF y el BOJ parecen haber adoptado un enfoque de "operador de impulso", golpeando al mercado en un momento vulnerable.
Del mismo modo, el director de ventas de divisas y materias primas en Japón de ANZ señaló que el rápido y significativo cambio del yen sugería una intervención distinta a las anteriores.
Una segunda ronda de presunta intervención el 12 de julio aumentó aún más el nerviosismo del mercado, lo que llevó a los operadores a atribuir inicialmente una subida del yen el 15 de julio a la intervención, aunque los datos del mercado indicaron posteriormente que era poco probable.
Los analistas de Bank of America sugieren que el nuevo enfoque de las autoridades japonesas pretende maximizar el impacto, aumentar el factor sorpresa y disuadir las operaciones especulativas.
Esta estrategia parece ser eficaz, ya que el yen se ha fortalecido casi un 4% este mes, y se ha producido un cambio en el posicionamiento de las opciones, con los operadores volviéndose más alcistas sobre el yen.
El principal factor de la caída del yen en un 30% en los últimos cuatro años ha sido el diferencial de tipos de interés entre Japón y otros países, en particular Estados Unidos.
El Banco de Japón se reunirá el 31 de julio para decidir la política monetaria, con la posibilidad de una subida de los tipos de interés desde el 0,1%.
Mientras tanto, se espera que la Reserva Federal recorte los tipos un cuarto de punto en su reunión de septiembre.
Un estratega de divisas de MUFG observó que los recientes movimientos de la divisa sugieren que Japón está adoptando una postura más proactiva en apoyo del yen.
Los especuladores, que mantienen una de las mayores apuestas bajistas contra el yen jamás registradas, consideran preocupante la perspectiva de una intervención imprevisible.
Con la actual posición bajista contra el yen, valorada en casi 12.000 millones de dólares, la amenaza de una nueva intervención del Banco de Japón resulta desalentadora para los operadores, tal y como expresó Machida, de ANZ.
La posibilidad de que el BOJ intervenga en los niveles actuales podría acarrear pérdidas significativas para quienes apuestan contra el yen.
Reuters ha contribuido a este artículo.Este artículo fue traducido con la ayuda de inteligencia artificial. Para obtener más información, consulte nuestros Términos de Uso.