UBS aconsejó a los inversores vender cualquier posible ganancia a corto plazo del dólar estadounidense, adoptando una postura más bajista sobre la divisa a medio plazo. La entidad anticipa un posible rebote correctivo en septiembre, sobre todo si la indecisión de la Reserva Federal a la hora de aplicar recortes de tipos superiores a 25 puntos básicos se alinea con la tendencia estacional de que el dólar estadounidense obtenga mejores resultados durante este mes.
Los datos actuales de posicionamiento del mercado indican que los cortos de dinero rápido frente al dólar están predominantemente en el euro (EUR) y la libra esterlina (GBP), con ambas divisas potencialmente vulnerables a corto plazo. Sin embargo, UBS considera que la libra esterlina puede comprarse en las caídas, citando unas perspectivas de tipos nacionales más favorables y unas pautas históricas de fuerte recuperación de la libra esterlina desde finales de octubre hasta principios de noviembre.
Por el contrario, la posición del yen japonés (JPY) es relativamente neutral, lo que sugiere que se están deshaciendo las operaciones de carry trade financiadas con yenes a corto plazo. El yen también se está beneficiando del retorno de su correlación inversa con la renta variable, que lo ha elevado a una de las divisas del G10 con mejores resultados.
Por otra parte, el franco suizo (CHF) ha tenido un buen comportamiento y, sin una intervención significativa del Banco Nacional Suizo (SNB), se espera que siga apoyándose a medida que se cubran las posiciones cortas residuales en francos. UBS ha fijado un objetivo para el EURCHF en 0,93.
El seguimiento actualizado de fusiones y adquisiciones transfronterizas de la entidad revela un balance de operaciones más negativo para el euro (EUR), el dólar australiano (AUD) y la corona sueca (SEK), pero positivo para la libra esterlina (GBP) y el yen japonés (JPY). Para Australia, el rastreador indica una moderación en la tendencia al alza del saldo de la Inversión Extranjera Directa (IED), que ha alcanzado un superávit de 12 meses del 2,1% del PIB en el segundo trimestre, el más alto desde la época pre-Covid. A ello contribuye la fuerte demanda de renta fija australiana, que está ayudando a compensar el creciente déficit por cuenta corriente.
UBS señala que los volúmenes de exportación de bienes australianos se han mantenido estables, lo que sugiere que el empeoramiento de la balanza comercial se debe a la caída de los precios de exportación de las materias primas y al aumento de los volúmenes de importación. Sin embargo, creen que el impacto sobre el AUD puede ser limitado, ya que la divisa no se apreció significativamente durante el repunte de los precios de las materias primas posterior a la crisis de Crimea, y el aumento de las importaciones puede reflejar una fuerte demanda interna, por lo que UBS mantiene una perspectiva constructiva sobre el AUD.
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