por Francisco Delgado Castillo
Infosel, enero. 7.- AeroMéxico (MX:AEROMEX), la línea aérea más antigua y emblemática del país, parece cada vez más próxima a concretar el plan que asegure su viabilidad y le permita continuar como negocio en marcha, dejando atrás los problemas que se acentuaron en los primeros meses de la pandemia de covid-19.
Claro que como toda gran reestructura financiera, la compañía resultante no será la misma, al menos en cuanto a sus deudas y estructura de capital, de acuerdo con lo planteado por su plan de reestructura que espera la aprobación en asamblea y de la justicia estadounidense.
Las deudas se reducirán como producto de las negociaciones y capitalización de pasivos, mientras que la estructura de capital cambiará completamente ante la conversión de acreedores a dueños y la inyección de recursos por parte de inversionistas nuevos y existentes.
El plan, ideado bajo la protección del capítulo 11 de la ley de quiebras de Estados Unidos, contempla que los casi 800 millones de acciones que hoy están en manos de consejeros y partes relacionadas (21%), la aerolínea estadounidense Delta Airlines (NYSE:DAL) (51%) y otros accionistas (27%) sufran una dilución casi total y pasen a representar menos del 0.1% del capital de la nueva compañía.
AeroMéxico, tras la ejecución de la propuesta, será propiedad del administrador de fondos de inversión estadounidense Apollo Global Management (22%); Delta (20%); un grupo de inversionistas mexicanos compuesto por Eduardo Tricio, Valentín Diez Morodo, Antonio Cosío Pando y Jorge Esteve Recolons (4%); y nuevos inversionistas y acreedores reconocidos (53%).
Ello llevará a que las acciones en libre flotación pasen a formar parte de la proporción de capital cercana a cero, lo que quita todo sentido de seguir listada y además quedará muy lejos de cumplir con la exigencia de la Bolsa Mexicana de Valores de que el gran público inversionista posea al menos 12% de sus títulos.
Sin embargo, el resultado no será "necesariamente que se desliste", dijo en entrevista José Segarra, fundador de la firma de asesoría Delta Investment. "Podría ser que sigan flotando pero ya no valdrían nada", dijo el experto en referencia a la dilución.
Si bien el free float de AeroMéxico sería inferior a 0.01%, seguiría habiendo millones de acciones y miles de inversionistas en el mercado, por lo que la empresa podría no decidir emprender un intento de desliste.
Para ello tendría que ofertar comprar las acciones en manos del público inversionista, algo que de hecho hará una entidad no relacionada con la aerolínea, solo que tomando en cuenta el valor post dilución.
"La intención de AeroMéxico pareciera ser esa [el desliste] con la oferta pública de adquisición, que no lanzaron ellos", dijo por su parte Brian Rodríguez, analista de Monex Casa de Bolsa. El resultado podría ser "adquirir el 100% del float y que se desliste la emisora".
Sociedad Alinfra planea lanzar una oferta por hasta 49% de las actuales acciones de AeroMéxico (excluyendo las que son propiedad de Delta) a un precio de un centavo por acción, lo que reduce más de 99% el valor actual de las acciones.
Tras el anuncio de la oferta y pese a que la dilución parece inminente desde antes, las acciones de la aerolínea perdieron ya 75% de su valor y marcaron varios mínimos históricos, sin embargo, aún cotizan por encima de dos pesos y no parece que muchos minoritarios tengan intención de participar en la oferta.
"Muy pocas veces todo el float está dispuesto a aceptar una oferta pública de adquisición y se deslista la empresa, lo que pasa es que pierdes mucha bursatilidad, tal vez viene una segunda oferta pública para ir sacando el float", explicó Rodríguez. "En el caso de AeroMéxico lo vemos más complicado porque no vemos que haya apetito por tomar una OPA de un centavo por acción".
De esta forma, tras la ejecución del plan, con el que la empresa estima ser más grande y rentable que en antes de la pandemia para 2023, los dueños de AeroMéxico, liderados por Apollo, podrían buscar sumar un poder de 95% de propiedad para intentar un desliste, o mantener a la compañía en bolsa con una proporción de libre flotación casi insignificante y que difícilmente generaría interés para los intercambios.
El principal motivo para elegir la primera opción es ahorrar costos relacionados con el listado y terminar con la necesidad de elaborar reportes periódicos de información que termina siendo pública.
Claro que el plan no está completamente aprobado y aún enfrenta disidentes. Incluso un grupo de acreedores no garantizados se organizaron para intentar que no se ejecute como está planteado.
Pero para Segarra "el plan será modificado de alguna manera menor", puesto que la ausencia de un acuerdo implica poner en riesgo la obtención de capital para seguir en funcionamiento y la aspiración de recuperación de todos los acreedores.
AeroMéxico, podría incluso pensar hacia futuro en una oferta pública para recabar más recursos de cara a su intento por volver a crecer --y mantenerse de paso como una empresa pública en bolsa--, no obstante, es algo que tanto el fundador de Delta Investment como el experto de Monex, ven poco probable.
El plan actual contempla el capital necesario para reflotar la compañía y de necesitar más, puede que los propios dueños lo inyecten bajo sus condiciones, de acuerdo con Segarra.
Por otro lado, porque la confianza de los inversionistas se ha deteriorado a partir de la situación actual de la empresa y la oferta de compra planteada, de acuerdo con Rodríguez.
Aunado a ello, el mercado está en una situación en la que las expectativas de las empresas no coinciden con el riesgo percibido por los inversionistas, de manera que en más de cuatro años solo una empresa ha listado acciones y de hecho las cotizadas comienzan a irse ante sus bajas valuaciones.
"Empresas han retrasado su listado", recordó Rodríguez. "Y aparte hay empresas que se van o intentan salirse del mercado debido a que hay muy poco apetito".