5 mayo (Sentido Común) - Cuando el gobierno logró aprobar la llamada reforma fiscal, a finales de 2013, el descontento en círculos empresariales y financieros no pudo ser mayor.
Las alzas a diversas tasas impositivas, como la del Impuesto Sobre la Renta (ISR) o la del Impuesto al Valor Agregado (IVA) en las ciudades fronterizas, junto con la aplicación de nuevos gravámenes a bebidas azucaradas y a alimentos con alto contenido calórico, dejó enfurecidos a quienes consideraron que el gobierno volvía a recargar la mano en los que siempre pagan sus impuestos, sin intentar llevar a cabo enmiendas que incorporara a nuevos contribuyentes.
Dos años y medio después, sin embargo, aunque el descontento contra los cambios fiscales quizás no ha variado, sí existe una percepción generalizada de que la reforma sirvió para consolidar los ingresos del gobierno en un momento clave por la caída que ha sufrido su otra principal fuente de recursos: los ingresos petroleros.
Así, gracias a las mayores entradas tributarias que han brindado los cambios fiscales en los dos últimos años, el país ha estado en una mejor posición para confrontar el descalabro de sus ingresos petroleros.
"El incremento tan importante en la recaudación tributaria [que hoy vemos] es producto de la Reforma Hacendaria", dijo Luis Madrazo Lajous, titular de la Unidad de Planeación Económica de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público en una entrevista telefónica. "Al incrementar la recaudación tributaria del 8.4% del PIB al 13% entre 2012 y 2015. . . [se cuenta ya con] una solidez permanente en las finanzas públicas".
Así, la criticada reforma hacendaria, a pesar de que en buena medida sí castigó a los mismos contribuyentes de siempre, ha dado al gobierno recursos que de no existir muy probablemente hubiesen llevado a la economía --en estos tiempos-- hacia una recesión prolongada o hacia un endeudamiento riesgoso del gobierno.
Los ingresos fiscales, que el año pasado avanzaron a un ritmo récord de 27%, sí han permitido reducir el peso de la contribución petroleros en las finanzas del gobierno, algo que además ha exacerbado el descenso de los ingresos petroleros, que en 2015 bajaron 22.3%.
En otras palabras, el gobierno sí ha logrado realizar la llamada despetrolización de sus finanzas, la cual está, además y desde la perspectiva de Madrazo Lajous, cerca de consolidarse.
"El proceso de reducir la dependencia de los ingresos petroleros se dio en parte con el éxito de la reforma hacendaria y, en parte, con elementos de responsabilidad hacendaria, que hacen que excedentes de ingresos petroleros se irán acumulando si son más del 5% del producto interno bruto", agregó el funcionario en la entrevista.
Por el lado de los precios del petróleo, el desplome que ha registrado la mezcla del crudo de exportación mexicana es evidente. En lo que va del año, el precio del barril de petróleo mexicano registra un valor promedio de cerca de 27.90 dólares, o 32 dólares menos del precio al que logró vender su crudo México el año pasado gracias a las coberturas petroleras que compró el gobierno en 2014.
Claro que la caída de la plataforma de producción petrolera explica también el descenso de los ingresos petroleros. Esa plataforma sigue descendiendo este año, como lo ha hecho a lo largo de los últimos 12, para ubicarse ya en alrededor de 2.2 millones de barriles diarios, o cerca de 35% menos de lo que la empresa petrolera estatal, Petróleos Mexicanos, producía hace poco más de una década.
De ahí que ante el descenso de los ingresos petroleros y el alza de los ingresos tributarios, la aportación a las finanzas públicas de los primeros registra una fuerte caída como proporción del total de recursos gubernamentales de alrededor de un peso de 40% en 2012 hasta 17.8% el año pasado.
Claro que las mejoras en la recaudación fiscal, donde además el Servicio de Administración Tributaria (SAT) ha realizado un esfuerzo consistente para combatir la evasión y elusión fiscal, no han permitido compensar del todo la caída de los ingresos petroleros.
Esto ha llevado al gobierno a apretarse el cinturón por segundo año consecutivo.
En febrero, la Secretaría de Hacienda anunció un recorte al gasto por 132 mil millones de pesos, 100 mil millones de los cuales los aplicará este año Pemex.
El ajuste se da luego que el gobierno redujo también sus erogaciones en 2015 y propuso un presupuesto aún más austero para este año y sobre el cual ejecutará el nuevo recorte --lo que ejemplifica el impacto que ha tenido sobre las finanzas el desplome de los ingresos petroleros a pesar del avance de los tributarios.
Madrazo dijo que los ajustes forman parte de la estrategia del gobierno por no dejar que el ambiente adverso en materia petrolera, así como una menor actividad económica mundial, debiliten las finanzas públicas, algo que ya habían señalado las agencias calificadoras como elemento de preocupación sobre el devenir económico de México.
Así, el gobierno ha venido aplicando la amarga medicina de reducir su gasto, aunque existe cierto escepticismo entre algunos analistas de que el gobierno efectivamente este recortando sus desembolsos, en al menos los montos que anuncia.
"La evolución del gasto en los primeros tres años de esta administración contra los primeros tres años de administraciones anteriores --cualquiera de las que te vayas para atrás-- verás que es menor. La verdad es que el gasto es menor", dijo Madrazo Lajous, en respuesta a la pregunta sobre las dudas que existen sobre los recortes presupuestales.
Claro que a pesar de los avances que han registrado los ingresos tributarios del gobierno y de los esfuerzos por recortar el gasto, algunos tienen aún sus dudas sobre la evolución futura que podrían tener las finanzas gubernamentales.
Una de las instituciones que ha expresado públicamente esas dudas es la agencia calificadora Moody's Investors Service, que decidió degradar la perspectiva de México de 'estable' a 'negativa' a finales de marzo por los retos que enfrenta el gobierno ante el menor precio del crudo y una menor actividad económica mundial.
Para la agencia calificadora, que en febrero de 2014 incorporó a México al grupo de naciones tipo 'A' al brindarle una calificación de 'A3', las complicaciones financieras que confronta la empresa petrolera estatal, Petróleos Mexicanos, por el desplome del precio del crudo y la caída de su plataforma de producción son elementos que preocupan por los posibles huecos que podrían generar en las finanzas gubernamentales.
De ahí que Moody's, tras degradar en dos escaños la calificación crediticia de Pemex a su nivel más bajo en su categoría de grado de inversión hace unas semanas, también degradara la perspectiva de la nación, lo que podría derivar en un recorte a su calificación soberana.
A pesar de ello, Madrazo dijo estar optimista sobre la meta gubernamental de alcanzar la consolidación fiscal, que busca precisamente atender las debilidades que Moody's ve hoy en materia de finanzas gubernamentales, incluyendo Pemex.
La empresa petrolera estatal está además implementando una reestructura a fondo de sus operaciones no sólo para reducir sus gastos y adeudos, sino también para aprovechar la apertura del sector energético mexicano a los capitales privados a fin de compartir actividades con empresas privadas o para vender activos no prioritarios, dos posibilidades que podrían mejorar la situación financiera de la empresa en los próximos meses.
De ahí que para Madrazo Lajous es alcanzable el compromiso del gobierno federal para lograr la consolidación fiscal en los próximos 12 o 24 meses. Para él, el proceso está en marcha.
"Los datos del primer trimestre nos demuestran que al menos [las medidas] se han implementado efectivamente. Lo que hay que hacer es sostener este esfuerzo hacia delante para lograr la ruta de consolidación de las finanzas públicas", agregó el titular de planeación de Hacienda. (Redacción Sentido Común)