Banca mexicana, con retos, desestima plan autoridad financiera

por Francisco Delgado Castillo

Infosel, noviembre. 6.- La banca mexicana evitó que se disparara su cartera vencida gracias a un programa de diferimiento de pagos que fue impulsado desde las autoridades financieras, con base en criterios contables especiales, de cara al freno económico.

Ante el funcionamiento --y fin-- de ese programa, que alcanzó a un cuarto de los clientes de todos los bancos, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) junto con la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), decidieron anunciar un nuevo paquete de medidas para sanear los balances de los bancos y continuar apoyando a los acreditados en dificultades.

"Este paquete de medidas no sólo busca otorgar un alivio en la economía de los clientes beneficiarios, sino que contribuye a la recuperación económica del país proveyendo liquidez a familias y empresas", dijo el regulador bancario y bursátil en septiembre, cuando anunció las nuevas métricas.

Pero ese nuevo plan, que otorga nuevas facilidades contables a cambio de ciertas reglas en las reestructuras, no fue bienvenido en los bancos como el primero, lanzado en marzo, e incluso para muchos el plan de las autoridades financieras dio la impresión de no haber sido consensuado con los propios bancos.

Tres de los más grandes bancos del país, BBVA (MC:BBVA) México, Banorte (MX:GFNORTEO) y Citibanamex, ya pusieron en marcha planes de apoyo a sus clientes diseñados por sus propios expertos, y aunque no descartaron por completo tomar los nuevos criterios contables especiales, parece que sólo lo harán si la situación recrudece.

El principal argumento de las financieras fue su conocimiento.

"La razón es que nosotros hicimos un catálogo personalizado para los clientes que requieran un apoyo", dijo en conferencia Manuel Romo, director general de Citibanamex, sobre el tema. "La lógica de nuestros programas de apoyo obedece a la experiencia que hemos visto en distintos momentos de la historia del banco".

"Estos nuevos apoyos se sustentan en la capacidad que tenemos para conocer a fondo a nuestros clientes, lo que nos permite ofrecer alternativas únicas, diferenciadas por tipo de producto y de acuerdo a la situación específica de cada cliente", dijo Banorte en una respuesta escrita a Infosel. "No obstante, reconocemos en las autoridades un enorme esfuerzo por estar cerca de los bancos, por diseñar y proponer esquemas".

Otro de los motivos fue el alcance de las reestructuras.

El plan de la CNBV ofrece facilidades en el registro de provisiones crediticias y de capitalización, pero también establece límites en las reestructuras, como mínimo en la reducción del pago mensual, máximo en la extensión de los pagos y máximo en el incremento del monto nominal total de la deuda.

"En realidad la regla contempla una serie de características en cuanto a límites en extensión de plazos, en el pago de la reestructura, y ahí es donde los planes no se adecúan", dijo en conversación virtual Ignacio de la Luz, director de finanzas de BBVA México. "Y en efecto lo que acaba ocurriendo es que al no cumplir con ello, pues no tienes los beneficios en cuanto a saneamiento, yo te diría en cuanto a provisiones".

Además, una situación mejor a la esperada puede que haga menos necesaria la implementación de las nuevas medidas.

BBVA México dio a conocer que más de 95% de los créditos apoyados con diferimientos ya llegó a su vencimiento, y, sorprendiendo sus expectativas, entre 80 y 91% de los acreditados se puso al corriente con sus pagos, dependiendo del tipo de crédito.

En el caso de Citibanamex la terminación del apoyo es de 99% y los pagos sin problema alcanzan 90%; mientras que en Banorte 63% de los apoyados ya enfrenta pagos y 91% los ha realizado normalmente.

El mejor comportamiento respecto de las expectativas también puede observarse en las reservas por pérdidas crediticias. Las de BBVA México bajaron 8% del segundo al tercer trimestre, las de Citibanamex 28%, 63% las de Banorte y 45% las de Santander (MC:SAN) México.

Esto habla de la generación extraordinaria de reservas en el segundo trimestre, el peor de la pandemia, y las mejores perspectivas los siguientes tres meses.

"El sistema bancario mexicano podría registrar pérdidas netas en 2020 si un 20% de los préstamos diferidos cayeran en cartera vencida, lo que requeriría un aumento de las provisiones", escribió la calificadora S&P Global Ratings en un reporte. "Sin embargo, en nuestra opinión, la probabilidad de que los bancos registren una pérdida neta es baja".

Y puede que no sean sólo los grandes bancos mencionados los que decidan no utilizar las nuevas medidas.

El programa sólo es atractivo para las instituciones más pequeñas y vulnerables con finanzas presionadas previo a la crisis, de acuerdo con la también calificadora Fitch Ratings.

Las medidas postergarían el reconocimiento del impacto de la contingencia en la calidad de activos, rentabilidad y métricas de capital, escribieron en un reporte Priscila García y Armando Garza, expertos de la calificadora de riesgo.

Alfredo Calvo y Claudia Sánchez, analistas de S&P, consideran que los bancos no participarán en el programa por los pagos mejores a lo esperado y porque la mayoría llegó a la crisis con balances sanos y una fuerte posición de estimaciones preventivas.

"Consideramos que el sector bancario tiene la capacidad de maniobrar en este complejo entorno con la reestructuración de algunos préstamos, bajo las nuevas condiciones económicas de sus clientes, sin necesidad de utilizar las disposiciones que el regulador autorizó", escribieron Calvo y Sánchez.

Sin embargo, la no utilización del programa no significa que la banca está libre de retos.

El bajo crecimiento --o decrecimiento-- de los préstamos, los mayores costos crediticios y las menores tasas de interés continuarán presionando la rentabilidad y calidad de activos de la banca, incluso en 2021, de acuerdo con los expertos de Fitch Ratings.

A esas condiciones se suman, de acuerdo con S&P, el apoyo limitado al mercado laboral y las empresas en México, que retrasará la recuperación económica tal vez hasta 2024 (niveles de 2019), que harán que los bancos no dejen de enfrentar un panorama desafiante, lo que también terminará por impactar las ganancias.