El gobierno de Biden ha expresado su apoyo a la Asociación Internacional de Estibadores (ILA) en su segundo día de huelga, que afecta significativamente al transporte marítimo estadounidense. El Presidente Joe Biden instó a los empresarios portuarios a mejorar su oferta a los estibadores para garantizar un acuerdo laboral.
La huelga, que comenzó poco después de la medianoche del martes, ha provocado un retraso de más de 38 buques portacontenedores en los puertos estadounidenses, lo que supone un fuerte aumento con respecto a los tres días anteriores, según informa Everstream Analytics.
El Presidente Biden hizo hincapié en la necesidad de un contrato justo que reconozca los esfuerzos de los estibadores durante la pandemia y su papel en la contribución a los beneficios récord de los transportistas marítimos extranjeros. También ha ordenado a su equipo que esté atento a cualquier actividad de manipulación de precios que pueda beneficiar a estos transportistas.
El ILA, que representa a 45.000 trabajadores portuarios, exige salarios más altos y protección contra los proyectos de automatización portuaria que amenazan el empleo. Sus reivindicaciones actuales incluyen un aumento de 5 dólares por hora para cada año del contrato propuesto de seis años. Harold Daggett, dirigente del ILA, ha declarado que el sindicato está dispuesto a continuar la huelga todo el tiempo que sea necesario para alcanzar sus objetivos.
La huelga ha interrumpido las operaciones en docenas de puertos desde Maine a Texas, afectando a una amplia gama de mercancías, desde alimentos a automóviles. Los analistas de JP Morgan (NYSE:JPM) estiman que la huelga podría costar a la economía estadounidense unos 5.000 millones de dólares diarios. La acción de la ILA supone su primer paro importante desde 1977 y afecta a 36 puertos, incluidos grandes centros como Nueva York, Baltimore y Houston.
Las empresas que dependen del transporte marítimo están preocupadas, y la Federación Nacional de Minoristas ha instado a la administración Biden a intervenir a nivel federal para poner fin a la huelga, citando posibles "consecuencias devastadoras" para la economía. Del mismo modo, los republicanos, entre ellos el Gobernador de Virginia, Glenn Youngkin, han pedido que se ponga fin a la huelga, destacando su impacto económico.
El Presidente Biden, sin embargo, ha declarado que no hará uso de su autoridad para detener la huelga. Mientras tanto, el Departamento de Agricultura de EE.UU. no prevé cambios significativos inmediatos en los precios o la disponibilidad de alimentos. Los minoristas, que representan aproximadamente la mitad de todo el volumen de transporte de contenedores, están poniendo en marcha planes de contingencia para mitigar el impacto de la huelga, especialmente a medida que se acerca la temporada de ventas navideñas de invierno.
Reuters ha contribuido a este artículo.
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