Boeing (NYSE:BA) Co está llevando a cabo una investigación sobre un problema de calidad detectado recientemente en el 787 Dreamliner, relacionado con la instalación incorrecta de cientos de elementos de fijación en los fuselajes de algunos aviones no entregados. El problema se refiere al "apriete" incorrecto de más de 900 tornillos por avión, distribuidos por igual en las secciones centrales del fuselaje.
Aunque no hay problemas inmediatos de seguridad de vuelo, Boeing está trabajando para determinar la causa del problema y decidirá las medidas correctivas necesarias una vez concluida la investigación. La empresa ha reconocido el problema y ha iniciado comprobaciones para garantizar que todos los elementos de fijación de la zona lateral del fuselaje de los 787 Dreamliner no entregados cumplen las especificaciones de ingeniería.
Boeing ha comunicado que no se espera que las comprobaciones en curso afecten significativamente a las entregas de aviones. En un comunicado, un portavoz de Boeing declaró: "Nuestro equipo del 787 está comprobando los cierres de la zona lateral del fuselaje de algunos aviones 787 Dreamliner no entregados para asegurarse de que cumplen nuestras especificaciones de ingeniería. La flota en servicio puede seguir operando con seguridad. Nos estamos tomando el tiempo necesario para garantizar que todos los aviones cumplen nuestras normas de entrega antes de su entrega. Estamos trabajando estrechamente con nuestros clientes y con la FAA y les mantenemos informados".
La Administración Federal de Aviación (FAA) aún no se ha pronunciado al respecto. Tras conocerse la noticia, las acciones de Boeing experimentaron una caída del 1,7%, pero posteriormente se recuperaron y cotizaron planas.
Esta nueva preocupación por la calidad se produce mientras Boeing sigue bajo estrecha observación tras un incidente ocurrido el 5 de enero con un 737 MAX operado por Alaska Airlines, que tuvo que realizar un aterrizaje de emergencia debido al desprendimiento de un panel del fuselaje en pleno vuelo.
El fallo se detectó en las instalaciones de Boeing en Carolina del Sur, donde la piel de compuesto de carbono del 787 se fusiona con los soportes internos del fuselaje. Se observó que las fijaciones se habían apretado incorrectamente, utilizando la cabeza en lugar de la tuerca.
En respuesta a inspecciones anteriores en los 737 MAX 9, Boeing había enviado un boletín a los proveedores en enero en el que se describían las prácticas adecuadas de apriete de tornillos.
A pesar del problema actual, los datos de seguimiento indican que las entregas del 787 siguen su curso, aunque a un ritmo reducido debido a una ralentización separada de la producción. FlightRadar24 informó de la salida el miércoles de un modelo 787-10 con destino a un cliente europeo.
Reuters ha contribuido a este artículo.Este artículo fue traducido con la ayuda de inteligencia artificial. Para obtener más información, consulte nuestros Términos de Uso.