Por Ana Mano
SAO PAULO, 23 mayo (Reuters) - El Gobierno de Brasil no ha pagado los subsidios que prometió a los productores de maíz y comerciantes de granos y que debió entregar hace semanas, culpando a una documentación incorrecta de los beneficiarios, dijeron a Reuters agricultores y una agencia estatal.
Cerca de 8,71 millones de toneladas se comercializaron a través de los programas de apoyo del Gobierno en 2017, lo que representa un 9 por ciento de la producción de Brasil esa temporada, según la Compañía Nacional de Abastecimiento.
Conab, que administra los programas PEP y Pepro, presupuestó 499 millones de reales (137 millones de dólares) en subsidios para agricultores y comerciantes agrícolas en 2017, brindando una compensación estatal a la venta y transporte de maíz cuando los precios cayeron tras una abundante cosecha.
En un comunicado, la Conab confirmó que sólo un quinto de los subsidios totales, o 27 millones de dólares, tenían su pago programado hasta el viernes pasado.
Brasil es el tercer productor y el segundo exportador de maíz a nivel mundial, y una parte de su cosecha del año pasado dependió de subsidios.
Los pagos se aplican a la cosecha 2017 y el Gobierno no espera utilizar sus programas de apoyo al maíz este año, debido a que los precios repuntaron luego de que una sequía recortó los rendimientos en Brasil y Argentina.
Las empresas comerciantes de granos que participaron en el programa -incluidas la brasileña Amaggi Exportação e Importação, Cargill Inc CARG.UL y Archer Daniels Midland ADM.N - sólo han recibido un 25 por ciento de los pagos, mientras que los agricultores han obtenido cerca de un 18 por ciento, dijo Conab.
"En algunas regiones no se les ha pagado a los productores", dijo Bartolomeu Braz Pereira, jefe de la asociación nacional de granos Aprosoja, quien atribuyó los retrasos a la "burocracia".
Conab citó "inconsistencias" en los documentos presentados por agricultores y comercializadoras, negando que existan problemas de presupuesto para retener los pagos.
(1 dólar = 3,6267 reales brasileños) (Reporte de Ana Mano; Editado por Ricardo Figueroa)