El fabricante chino de vehículos eléctricos (VE) BYD ha expresado su preocupación por los aranceles propuestos por la Unión Europea sobre los VE fabricados en China, afirmando que tales medidas aumentarán los precios para los consumidores y podrían disuadir a los compradores. Esta declaración se ha producido en el marco del Salón del Automóvil de París, el mayor evento automovilístico de Europa, que ha sido testigo de una competición directa entre fabricantes de automóviles europeos y chinos.
El certamen, que se celebra en un momento crítico para la industria automovilística, está marcado por retos como la debilidad de la demanda, el aumento de los costes y la intensificación de la competencia. Stella Li, Vicepresidenta Ejecutiva de BYD, expresó su preocupación a los medios de comunicación, destacando el impacto de los aranceles en la confianza y la asequibilidad de los consumidores. Afirmó que los aranceles propuestos, que podrían llegar hasta el 45%, "no son un juicio justo" y podrían inhibir la compra de VE por parte de los menos pudientes.
A pesar del apoyo de los Estados miembros de la UE a los aranceles de importación para contrarrestar lo que Pekín califica de subvenciones injustas a los fabricantes chinos -una afirmación que Pekín niega-, las marcas chinas siguen adelante con sus planes de expansión en Europa. Por ejemplo, GAC anunció sus ambiciones europeas en la feria, y Leapmotor reveló su objetivo de establecer 500 puntos de venta en Europa para finales de 2025.
Los fabricantes chinos de vehículos eléctricos, como BYD, han fijado precios ligeramente inferiores a los de sus homólogos europeos, lo que les ha proporcionado una ventaja competitiva. Esta estrategia de precios también ayuda a compensar los menores márgenes de beneficio en su mercado nacional. BYD, que ha patrocinado los campeonatos europeos de fútbol y va a lanzar el SUV eléctrico Sea Lion 07, está trabajando para mejorar el reconocimiento de su marca en Europa.
En el Salón del Automóvil de París, nueve marcas chinas, como BYD y Leapmotor, presentan sus últimos modelos. Esto supone un descenso con respecto al año anterior, en el que las marcas chinas representaban casi la mitad de los expositores, y ahora suponen alrededor de una quinta parte debido a la mayor presencia de fabricantes de automóviles europeos.
La industria automovilística europea no está exenta de dificultades, ya que grandes empresas como Volkswagen, Mercedes-Benz y BMW han emitido advertencias de beneficios, citando como factor significativo la debilidad del mercado chino. Stellantis también ha reducido su previsión de beneficios debido a problemas de inventario en EE.UU. En una declaración el lunes, el Consejero Delegado de Stellantis, Carlos Tavares, no excluyó la posibilidad de recortes de plantilla o de descarga de marcas en respuesta a las condiciones del mercado.
El Gobierno francés anunció recientemente una reducción de las ayudas a los compradores de vehículos eléctricos, tras la decisión de Alemania de poner fin a su plan de subvenciones el año pasado. Esta medida se suma a las dificultades a las que se enfrenta el mercado de vehículos eléctricos en Europa.
Los fabricantes de automóviles europeos se ven obligados a adaptarse rápidamente para competir con sus rivales chinos, que se benefician de costes más bajos y plazos de desarrollo más cortos para los nuevos vehículos eléctricos. Los expertos del sector se hacen eco de esta urgencia y subrayan la necesidad de introducir cambios radicales en la industria automovilística europea para seguir siendo competitiva.
Reuters ha contribuido a este artículo.
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