China está tomando medidas para influir en la fijación de los precios de los metales industriales, sector en el que es un importante productor y consumidor.
Se está intentando aumentar el atractivo de la Bolsa de Futuros de Shanghai (ShFE) para las empresas extranjeras, una medida que podría alterar el actual sistema de fijación de precios establecido por la Bolsa de Metales de Londres (LME) desde 1877.
La iniciativa china pretende establecer los contratos de la ShFE como referencia, lo que reduciría la dependencia de las empresas chinas de los precios de la LME para sus contratos físicos e incitaría a las entidades extranjeras a contratar con la ShFE los precios de referencia. Este movimiento estratégico podría transferir la influencia de los precios de los mercados occidentales a China.
Recientemente se han mantenido conversaciones que indican que el plan de ampliar la influencia de la bolsa es una prioridad, aunque no se han revelado plazos concretos. La ShFE no ha facilitado comentarios sobre los plazos del proyecto, los niveles de inversión, los retos o las métricas de éxito.
Sin embargo, en junio, Wang Fenghai, director general de ShFE, declaró la importancia de abrirse a los inversores extranjeros para reforzar la influencia de la bolsa en la fijación de precios.
Un componente fundamental de la estrategia de la ShFE consiste en establecer almacenes fuera de China para el depósito de metales, en particular para los contratos de cobre introducidos para los operadores extranjeros en 2020 en su Bolsa Internacional de Energía (INE). ShFE ha comunicado sus intenciones de expandirse al almacenamiento internacional de metales, desafiando potencialmente la red de la LME de más de 450 almacenes registrados en todo el mundo.
Aunque Singapur se ha identificado como el punto de partida para el almacenamiento en el extranjero de ShFE debido a sus instalaciones existentes en la LME y a un entorno normativo favorable, la bolsa podría registrar rápidamente almacenes en otros lugares con flujos de metal significativos.
ShFE se enfrenta a retos en su intento de convertirse en un centro mundial de fijación de precios, entre ellos el de la LME, propiedad de Hong Kong Exchanges and Clearing (HKEx). La LME gestiona actualmente alrededor del 60% de los futuros mundiales del cobre, un metal esencial para diversas industrias.
Por el contrario, la cuota de mercado de ShFE ha disminuido, con sólo un 15% de los futuros mundiales del cobre negociados en su plataforma en el año anterior, por detrás de la estadounidense COMEX, que forma parte de CME Group (NASDAQ:CME), con una cuota del 22%.
Para impulsar su perfil internacional, la ShFE está estudiando la posibilidad de cotizar en el INE otros metales como el aluminio, el zinc, el níquel, el plomo y el estaño. Estos metales ya se negocian en la LME, que también planea ampliar su red de almacenamiento a Hong Kong y cotizar nuevos contratos utilizando los precios de la ShFE.
Las ambiciones de la bolsa de Shanghái no son nuevas; ShFE ha tratado de establecer una red global similar a la de la LME desde que HKEx adquirió la bolsa de Londres en 2012. Una expansión exitosa también apoyaría el objetivo de China de aumentar el uso internacional del yuan, ya que los contratos de ShFE e INE se cotizan en la moneda china.
Sin embargo, los inversores extranjeros se enfrentan a obstáculos como los controles de cambio de divisas de China y la posible intervención del gobierno en los mercados de materias primas, que pueden afectar a la estabilidad del mercado y a la confianza de los inversores.
La Comisión Reguladora de Valores de China (CSRC) y el Consejo de Estado no han respondido a las preguntas sobre estos acontecimientos.
Reuters ha contribuido a este artículo.
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