Para estabilizar el gobierno francés, el presidente Emmanuel Macron nombró el viernes a François Bayrou nuevo primer ministro. Este nombramiento se produce tras la dimisión de Michel Barnier el 5 de diciembre, después de que su gobierno fuera derrocado por una moción de censura, la primera de este tipo en Francia desde 1962.
La inesperada coalición entre partidos de la oposición de izquierdas y de extrema derecha provocó la caída del gobierno de Barnier. El Nuevo Frente Popular (NFP) y la Agrupación Nacional (RN) de Marine Le Pen unieron sus fuerzas contra los planes presupuestarios propuestos para 2025, que incluían subidas de impuestos y recortes del gasto público.
Bayrou toma posesión como cuarto primer ministro de Francia en lo que va de año, lo que pone de manifiesto los retos políticos a los que se enfrenta Macron. El presidente tenía la intención de anunciar un sucesor al día siguiente de la dimisión de Barnier, pero no pudo cumplir el plazo de 48 horas que él mismo se había fijado tras una reunión con los líderes de los partidos el martes.
La reciente inestabilidad política comenzó con las elecciones legislativas celebradas en junio y julio, que fueron convocadas por Macron en un intento de solidificar su alianza centrista en la Asamblea Nacional. Sin embargo, las elecciones debilitaron a su partido.
Antes de Barnier, Gabriel Attal fue el primer ministro más joven de la historia moderna del país a partir de enero, precedido por Elisabeth Borne. La decisión de Macron de nombrar a Bayrou se considera un paso hacia la resolución del actual estancamiento político y de los problemas que rodean al déficit francés.
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