Los estrategas de Goldman Sachs prevén rentabilidades medias positivas en la renta variable mundial si se evita una recesión y la inflación se modera desde niveles elevados.
Destacan que la configuración al entrar en 2024 es casi opuesta a la del comienzo de 2023, caracterizando la fase actual como la "fase de optimismo del ciclo".
Según los estrategas, el repunte de la renta variable desde octubre es uno de los más pronunciados desde la crisis financiera mundial de 2008.
Los estrategas subrayan que una inflación elevada y a la baja propicia rentabilidades favorables, siempre que no vaya unida a un crecimiento muy débil.
"Aunque creemos que es probable que los mercados de renta variable rompan al alza el rango Fat & Flat (Ancho y plano, es decir, con un rango de operación amplio con bajos rendimientos), es probable que la velocidad y la escala del repunte a partir de aquí sean moderadas; si bien existen riesgos al alza para el crecimiento de los beneficios, es probable que siga siendo modesto, en parte debido a que la menor inflación amortigua el PIB nominal y los ingresos, mientras que los márgenes se mantienen en gran medida planos", señalan los estrategas.
"Además, aunque unos tasas de interés más bajos podrían respaldar unas valoraciones más altas, el punto de partida en términos de primas de riesgo sigue siendo muy bajo".
Las perspectivas de crecimiento de los beneficios se consideran modestas, influidas por la menor inflación que afecta al PIB nominal y a los ingresos, junto con unos márgenes en gran medida planos.
Además, los estrategas observan un margen limitado para la expansión de las valoraciones, especialmente en Estados Unidos.