La huelga iniciada hoy por más de 30.000 trabajadores de Boeing (NYSE:BA) en la costa oeste de EE.UU. va a poner en peligro la capacidad del gigante aeroespacial para cumplir sus objetivos de producción del 737 MAX y mantener una cadena de suministro estable, según el director financiero Brian West.
La huelga, la primera de este tipo desde 2008, afecta a trabajadores de Seattle y Portland (Oregón), esenciales para la producción del MAX y otros modelos de avión.
La huelga llega en un momento crítico para Boeing, que ha estado trabajando para aumentar la producción de su avión 737 MAX más vendido a 38 unidades al mes para finales de 2024.
West reconoció el progreso de la empresa en el aumento de la producción, pero señaló que la huelga ampliaría el plazo para alcanzar este objetivo. El impacto exacto en el calendario de producción sigue siendo incierto, ya que depende de la duración de la huelga.
West también pronosticó que los márgenes del tercer trimestre de la unidad de defensa y espacio de Boeing serían negativos, reflejando los resultados del segundo trimestre.
Los trabajadores que han abandonado el trabajo hoy han rechazado un acuerdo contractual y exigen salarios más altos, y su acción ha suscitado preocupación entre los reguladores y los clientes de EE.UU., especialmente después de un incidente en enero en el que un panel de la puerta se desprendió de un avión 737 MAX en pleno vuelo.
La huelga en curso ha introducido una incertidumbre adicional para los proveedores de Boeing, que ya han estado luchando con las fluctuantes previsiones internas de la empresa.
John Donigian, especialista en cadena de suministro de Moody's, destacó las importantes implicaciones para los proveedores, como el retraso de los pedidos y las tensiones financieras debidas a los efectos descendentes en la cadena de suministro.
En respuesta a la huelga, West indicó que Boeing dejaría de aceptar piezas de determinados proveedores para los programas afectados en los que los niveles de inventario sean suficientes. Por el contrario, la empresa seguirá comprando a los proveedores retrasados en las entregas.
Esta estrategia no afecta al avión de fuselaje ancho 787, que se ensambla en Carolina del Sur con mano de obra no sindicada.
West ha aconsejado a los proveedores que no entreguen más piezas si no llevan retraso y Boeing dispone de existencias suficientes. Esta directiva se está comunicando inmediatamente a los proveedores.
Entre los proveedores, Hexcel, especialista en materiales compuestos, ha sido identificado por Jefferies como uno de los más expuestos a los efectos de la huelga. Spirit AeroSystems, un proveedor clave que fabrica el fuselaje del 737 MAX, expresó su compromiso de apoyar a sus clientes y mantenerse en estrecho contacto con Boeing durante este periodo.
Reuters ha contribuido a este artículo.
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