Ante la previsión de que la Reserva Federal mantenga estables los tipos de interés en el primer semestre de 2025, Nigel Green, consejero delegado de deVere Group, aconseja a los inversores que actúen con cautela y consideren ajustar sus carteras en consecuencia. Esta orientación se produce a raíz de las continuas presiones inflacionistas, la fortaleza del mercado laboral estadounidense y las políticas fiscales previstas de la administración del presidente electo Trump, que probablemente impedirán que la Reserva Federal reduzca los tipos a corto plazo.
A pesar de las expectativas anteriores del mercado de un recorte de tipos por parte de la Fed, posiblemente tan pronto como en diciembre, los datos recientes indican la persistencia de la inflación como una preocupación significativa. El índice de precios al consumo (IPC) de los EE.UU. correspondiente al mes de noviembre indicó una subida al 2,7% en un periodo de 12 meses, lo que supone un aumento con respecto a las cifras de octubre, mientras que la inflación subyacente se mantuvo en el 3,3%. Estas estadísticas ponen de relieve las continuas presiones sobre los precios, lo que sugiere que la inflación no está tan controlada como se pensaba, lo que a su vez podría limitar la capacidad de la Reserva Federal para aplicar políticas monetarias más laxas.
La solidez del mercado laboral estadounidense aumenta la complejidad, con tasas de desempleo cercanas a mínimos históricos y un crecimiento salarial que podría mantener la inflación alta hasta 2025. Green afirma: "Estamos entrando en una fase en la que la inflación sigue siendo una amenaza persistente, y es poco probable que los tipos de interés bajen tan rápidamente como esperaban los mercados." Subraya la necesidad de que los inversores den prioridad a los activos de calidad, acumulen posiciones resistentes a la inflación y adopten una estrategia de inversión más defensiva.
Green también señala la creciente presión del mercado sobre la Reserva Federal para que suavice la política monetaria en apoyo del crecimiento económico. Sin embargo, advierte de que los responsables políticos deben evitar un mayor aumento de la inflación, especialmente con la agenda propuesta por el presidente electo Trump, que podría incluir recortes de impuestos, desregulación y un importante gasto en infraestructuras, que se espera que impulse la inflación en los próximos meses.
Green esboza cuatro consideraciones clave para los inversores durante este tiempo. Sugiere buscar oportunidades en el mercado de renta fija, afirmando que los activos de renta fija, como los bonos del Estado y corporativos a largo plazo, pueden ofrecer rendimientos estables. También aconseja centrarse en la renta variable de calidad, especialmente en empresas con balances sólidos y una capacidad de fijación de precios demostrada, para resistir el aumento de los costes de endeudamiento y la inflación.
La diversificación en coberturas contra la inflación es otra estrategia que Green recomienda. Activos como el oro, el Bitcoin y las materias primas podrían servir como herramientas esenciales para la protección de la cartera, y las acciones que pagan dividendos podrían proporcionar flujos de ingresos constantes para combatir la erosión del poder adquisitivo debida a la inflación.
Por último, aconseja minimizar la sobreexposición a sectores que dependen en gran medida de préstamos baratos, como la tecnología y los valores de crecimiento, que podrían enfrentarse a desafíos si los tipos se mantienen altos. En su lugar, sugiere dar prioridad a los sectores que suelen beneficiarse de la inflación y de una demanda económica estable, como la energía, los servicios públicos y la sanidad.
Green concluye subrayando que los inversores estratégicos aprovecharán este periodo para reposicionarse ante una nueva realidad en la que la cautela, la vigilancia y la adaptabilidad son fundamentales.
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