Spirit Airlines (NYSE:SAVE) experimentó hoy una importante caída en el precio de sus acciones, con un descenso del 37% hasta un mínimo histórico, tras conocerse que la compañía podría estar considerando la posibilidad de declararse en quiebra. La aerolínea de ultra bajo coste ha pasado apuros financieros, incapaz de obtener beneficios a pesar de la fuerte demanda de viajes, lo que ha sembrado dudas sobre su capacidad para hacer frente a los próximos pagos de deuda.
La deuda a largo plazo y los arrendamientos financieros de la compañía, excluidos los vencimientos corrientes, ascendían a unos 3.060 millones de dólares a 31 de diciembre. Spirit Airlines se enfrenta a un plazo crítico el 21 de octubre para refinanciar 1.100 millones de dólares en bonos de fidelización que vencen el próximo año.
Según el Wall Street Journal, Spirit está actualmente en conversaciones con los tenedores de bonos sobre las condiciones de una posible declaración de quiebra, aunque no se espera que dicha declaración, en caso de producirse, sea inmediata.
Reuters no ha podido verificar inmediatamente esta información, y Spirit Airlines se ha remitido a las declaraciones de su consejero delegado, Ted Christie, durante la llamada de resultados del segundo trimestre en agosto, en la que mencionó "conversaciones productivas" con asesores de los tenedores de bonos, pero declinó responder a preguntas sobre el tema. En junio, Christie aseguró a los accionistas que la empresa no contemplaba la posibilidad de declararse en quiebra.
Los analistas, entre ellos Savanthi Syth, de Raymond James, anticiparon el jueves que Spirit podría negociar con sus acreedores para evitar la quiebra. A pesar de que el valor de las acciones ha caído más de un 85% este año, cotizando a 1,67 dólares por la tarde, sigue habiendo cierto optimismo respecto a un acuerdo con los tenedores de bonos.
El futuro de Spirit Airlines se volvió incierto tras el fracaso de un acuerdo de fusión con JetBlue Airways (NASDAQ:JBLU) por valor de 3.800 millones de dólares. La aerolínea no ha sido rentable en cinco de los seis últimos trimestres y ha previsto unas pérdidas aún mayores para el tercer trimestre. Entre sus problemas figuran la feroz competencia para captar clientes sensibles a los precios, el exceso de oferta de plazas en el mercado nacional y los costosos problemas de los motores turbofan Pratt & Whitney de RTX, que han provocado la inmovilización de los aviones.
En un esfuerzo por mejorar su situación financiera, Spirit ha aplicado medidas de recorte de costes y ha tratado de atraer a viajeros de primera clase. A pesar de estos esfuerzos y de unas perspectivas de beneficios algo mejores debido a los recortes de capacidad de otras aerolíneas en el mercado nacional, como señala Syth, Spirit aún se enfrenta a importantes obstáculos para reestructurar sus costes.
Reuters ha contribuido a este artículo.
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