Los países de la Unión Europea votarán hoy si aplican aranceles de hasta el 45% a los vehículos eléctricos chinos importados. Esta decisión llega después de que la Comisión Europea propusiera aranceles definitivos para los próximos cinco años para contrarrestar lo que considera subvenciones injustas por parte de China, tras una investigación antisubvenciones de un año de duración.
Los aranceles propuestos requieren la aprobación de una mayoría cualificada de 15 países de la UE, que representan el 65% de la población de la UE. Si no se alcanza la mayoría cualificada, la Comisión Europea tiene autoridad para adoptar los aranceles o puede optar por presentar una propuesta revisada para obtener más apoyos.
Países como Francia, Grecia, Italia y Polonia han indicado que votarán a favor de los aranceles, lo que impediría una mayoría contraria a la imposición de derechos. En cambio, Alemania, gran productor de automóviles y con un peso económico significativo en la UE, tiene intención de votar en contra de los aranceles. Los fabricantes de automóviles alemanes, en los que China representa casi un tercio de sus ventas, han expresado su oposición a los aranceles, y Volkswagen los ha calificado de "enfoque equivocado".
España, que inicialmente apoyaba los aranceles, ha sugerido mantener abiertas las negociaciones con China. El ministro español de Economía envió una carta al vicepresidente de la Comisión Europea, Valdis Dombrovskis, abogando por continuar las conversaciones para alcanzar un acuerdo sobre precios y el traslado de la producción de baterías a Europa. Este sentimiento se hace eco de la postura del Presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, quien, durante una visita a China, sugirió que la UE debería reconsiderar su postura.
La relación de la UE con China ha evolucionado en los últimos cinco años, y ahora ve al país como un posible socio, competidor y rival sistémico. A algunos miembros de la UE les preocupan las posibles medidas de represalia de Pekín, que ya ha iniciado este año investigaciones sobre las importaciones de brandy, productos lácteos y carne de cerdo de la UE.
La Comisión Europea se ha mostrado dispuesta a negociar con China alternativas a los aranceles, incluido un compromiso de precios que fijaría un precio mínimo de importación y, potencialmente, un tope de volumen. Este planteamiento fue rechazado anteriormente por las empresas chinas.
Los aranceles, que se suman al derecho de importación estándar de la UE del 10% para los automóviles, oscilan entre el 7,8% para Tesla y el 35,3% para SAIC y otras empresas que no cooperaron con la investigación de la UE. Las negociaciones incluyen la posibilidad de establecer precios mínimos de importación basados en criterios como la autonomía del vehículo, el rendimiento de la batería y si es de dos o cuatro ruedas motrices.
Reuters ha contribuido a este artículo.
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