por Michelle del Campo
Infosel, abril. 3.- La reciente recomendación de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) a los bancos del país de abstenerse de otorgar beneficios a sus accionistas durante la actual incertidumbre económica, ya sea a través del pago dividendos o la recompra de acciones propias, podría parecer una intervención no justificable en las decisiones internas de un negocio como son los bancos, más proviniendo de un gobierno cuya filosofía económica es más proclive al nacionalismo que al libre mercado.
Sin embargo, la fuente de inspiración de esa propuesta del regulador bancario mexicano no es ni el intervencionismo ni el nacionalismo, ya que va en línea con la visión de uno de los funcionarios financieros internacionales más reconocidos del mundo y de pasadas administraciones mexicanas: Agustín Carstens, el anterior gobernador del Banco de México y exsecretario de Hacienda y Crédito Público.
Un día antes que CNBV emitiera su recomendación, Carstens, quien actualmente dirige el Banco de Pagos Internacionales o Bank for Internacional Settlements (BIS), el banco de los bancos centrales, publicó en The Financial Times una serie de recomendaciones para atajar el efecto de la actual turbulencia financiera en las personas con negocios o las empresas mismas.
"Los bancos deberían ser parte de la solución, no parte del problema. Ha llegado el momento de utilizar los colchones que las entidades acumularon en sus balances en los buenos tiempos", escribió el economista mexicano. "Para aumentar aún más la capacidad de préstamo, necesitamos que globalmente se suspendan la distribución de dividendos y las recompras de acciones de los bancos".
Luego de los rescates bancarios aplicados en México y otros países en pasadas crisis económicas, existe un cúmulo de experiencia de cómo actuar tanto antes como durante una disrupción económica, por lo que para los reguladores y bancos centrales a nivel global es claro que ante lo que se avecina, en materia de freno económico, es también mejor prevenir que lamentar.
De ahí que frente a ello, las autoridades bancarias mexicanas e internacionales estén buscando que las instituciones financieras estén en la mejor situación financiera posible para no sólo confrontar lo que se avecina --un probable incremento en incumplimientos ante las dificultades que enfrentaran muchas personas y negocios para mantener sus ingresos por el freno de actividades económicas--, sino también para estar en condiciones para ayudar a la recuperación económica, cuando ésta llegue.
De hecho, al menos en México, la CNBV, la entidad encargada de regular, junto con Banco de México, a la industria bancaria, ha venido aplicando más medidas a fin de permitir que la industria bancaria nacional pueda poner de su parte para poder superar la inminente crisis económica.
Por ejemplo, casi al mismo tiempo que el presidente de la CNBV, Juan Pablo Graf, reveló las directrices en materia de dividendos y recompras de sus acciones, también dio a conocer una autorización a los bancos para que puedan congelar los créditos que han otorgado a sus clientes por hasta seis meses. Con ello las autoridades, trabajando de la mano con la banca, buscan dar facilidades a sus clientes para que, en caso de dificultades en sus actividades por la recesión en la que cairá México, puedan posponer los pagos de sus adeudos, ganando con ello tiempo a que el país salga adelante.
Con esa posibilidad de aplazar sus pagos, los acreedores de la banca no caerán muy probablemente en incumplimiento de sus adeudos, que es lo que en esencia puede resultar dañino para los bancos.
"Las acciones tomadas por la CNBV le darán mayor flexibilidad tanto a los bancos como a sus clientes y ayudarán a que el impacto y el deterioro de las carteras sea menor, dejando así al sistema financiero en una mejor posición para enfrentarse a esta crisis", escribió Alejandro González, analista de Intercam, en una nota sobre el sector financiero en tiempos del coronavirus.
Claro que al mismo tiempo, para los analistas, se vuelve también crucial y relevante que los bancos preserven, en las posibilidad de sus capacidades, su capital y es en esto donde la recomendación de no gastar esos fondos en dividendos o en recomprar de sus propios títulos tiene sentido.
La propuesta de Carstens, de limitar los beneficios de los accionistas, también está en línea con la recomendación emitida días antes, el viernes 27 de marzo, por el Banco Central Europeo (BCE), que instó a los bancos bajo su jurisdicción a no pagar dividendos a sus accionistas ni realizar recompra de acciones, hasta al menos octubre, para así conservar capital para apoyar a los actores económicos afectados por el efecto económico que generarán las medidas de confinamiento y aislamiento para controlar la pandemia.
La importancia de estas medidas para el banco central europeo, presidido por la francesa Christine Lagarde, es tal, que estaría considerando incluso emprender acciones legales en contra de las instituciones financieras europeas que no sigan estas directrices.
No es claro si las medidas recomendadas en México considerarían penalizaciones a quienes no las cumplan, pero los bancos que no las vayan a seguir, deberán notificarlo por escrito a CNBV, explicando los motivos.
Infosel se puso en contacto con distintos bancos y grupos financieros mexicanos para conocer su posición al respecto de la recomendación de CNBV, pero todos declinaron realizar comentarios.
El organismo que representa los intereses del sector en México, la Asociación de Bancos de México, también, solo dijo que "la presidencia y dirección de la Asociación por el momento no puede emitir comentario alguno al respecto".
Entre los bancos cotizados en bolsa, como Grupo Financiero Banorte (MX:GFNORTEO), Banco Santander (MC:SAN) México, Banco Regional (Banregio (MX:RA)) y Gentera (MX:GENTERA), ellos ya habían anunciado recientemente la aprobación a las propuesta presentadas a sus asambleas el pago dividendos y también, en algunos casos, sus programas de recompras de acciones. Solo Banco Ve por Más, que no cotiza en bolsa pero tiene activos financieros en los mercados bursátiles, y que tuvo su asamblea el 23 de marzo, no contempló ni dividendos, ni recompra de acciones.
Otros, como Grupo Financiero Inbursa (MX:GFINBURO), Banco del Bajío (BanBajío) y Grupo Financiero Monex, aún no convocan a asamblea.
No es claro que acciones tomarán las instituciones cuyas asambleas aprobaron el plan de pago de dividendos y de recompras de acciones.
CNBV reconoció que su recomendación estaba en línea con lo establecido por el BCE y otros bancos centrales y autoridades de supervisión de países como Suecia, Italia, Rusia, Argentina, Canadá, Gran Bretaña, Bélgica, Austria, Dinamarca y Japón.
"El objetivo de esas recomendaciones es encauzar esos recursos al fortalecimiento de las propias instituciones bancarias, a fin de que estén en mejor posición de absorber las potenciales pérdidas que pudieran presentarse como resultado de la pandemia y cuenten con mayores recursos para apoyar a la economía", dijo la CNBV, en un comunicado, emitido en el marco de la recomendación.
Bajo la nueva directriz, se encuentran los fantasmas de crisis financieras pasadas, la más reciente de 2008, en el que varios bancos globales fueron objeto de medidas de rescate que estuvieron acompañadas posteriormente de mayores regulaciones y candados a las entidades financieras privadas.
"La regulación prudencial vigente se diseñó para evitar que los bancos se endeudaran en exceso. Sin embargo, ahora mismo tenemos el problema contrario: los bancos no están llenando el vacío dejado por la retirada de la financiación a través del mercado", escribió Carstens, en su artículo.
"Para ofrecer a las empresas viables oxígeno que les permita superar el repentino frenón económico causado por la covid-19, hace falta una solución que permita salvar el último tramo que separa a los prestamistas potenciales de las empresas que se encuentran al borde del abismo", agregó.
La discusión sobre las restricciones que deben aplicarle los gobiernos a los bancos e instituciones financieras no es novedad. Una polémica similar se vivió en la crisis subprime que estalló 12 años atrás en Estados Unidos, cuando el gobierno de Barack Obama decidió rescatar financieramente con recursos públicos a varias instituciones tras la quiebra del banco de inversión, Lehman Brothers.
El programa de rescate bancario implicó la erogación de 21 mil millones de dólares provenientes de dinero de los contribuyentes estadounidenses.
Si bien la administración de Obama dijo que al final obtuvo un beneficio financiero cercano a los siete mil millones de dólares --por los paquetes accionarios que obtuvo de los bancos rescatados-- muchos criticaron que el gobierno no impidiera que los bancos siguieran dando dividendos a sus accionistas o bonos millonarios a sus directivos como parte de su remuneración.
Por ello, ahora que el gobierno de Donald J. Trump y la facción del Partido Republicano en el Congreso propusieron un paquete de estímulos por dos billones de dólares para ayudar a la economía a enfrentar los daños provocados por la pandemia del covid-19, encontraron la resistencia de los demócratas.
Algunos legisladores de ese partido como Nancy Pelosi o Bernie Sanders, la presidenta de la Cámara de Representantes y el senador y aspirante a candidato presidencial demócrata, lucharon hasta el último momento porque se pusieran restricciones a las empresas respecto a cómo usar los recursos de emergencia y al final lograron imponer ciertos candados.
En México el rescate más emblemático fue el activado en la década de los noventa que implicó la creación del Fondo Bancario de Protección al Ahorro, el Fobaproa, una de las principales fuentes de crítica del gobierno lopezobradorista a pasadas administraciones.
"La riqueza fluyó de abajo hacia arriba, de modo que empobreció más a los pobres y enriqueció por partida doble a los ricos. El ejemplo más claro de lo anterior es el atraco que se cometió. . . con el Fondo Bancario de Protección al Ahorro", escribió el gobierno lopezobradorista en su Plan Nacional de Desarrollo 2019-2024.
"Los bancos rescatados y adquiridos en su mayor parte por empresas financieras extranjeras han ganado decenas de miles de millones de dólares, buena parte de los cuales ha sido enviada a los países de origen de los poseedores", agregó el mandatario
* Francisco Delgado, Ricardo Garduño y César Pérez contribuyeron a esta historia.
Infosel, abril. 3.- La reciente recomendación de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) a los bancos del país de abstenerse de otorgar beneficios a sus accionistas durante la actual incertidumbre económica, ya sea a través del pago dividendos o la recompra de acciones propias, podría parecer una intervención no justificable en las decisiones internas de un negocio como son los bancos, más proviniendo de un gobierno cuya filosofía económica es más proclive al nacionalismo que al libre mercado.
Sin embargo, la fuente de inspiración de esa propuesta del regulador bancario mexicano no es ni el intervencionismo ni el nacionalismo, ya que va en línea con la visión de uno de los funcionarios financieros internacionales más reconocidos del mundo y de pasadas administraciones mexicanas: Agustín Carstens, el anterior gobernador del Banco de México y exsecretario de Hacienda y Crédito Público.
Un día antes que CNBV emitiera su recomendación, Carstens, quien actualmente dirige el Banco de Pagos Internacionales o Bank for Internacional Settlements (BIS), el banco de los bancos centrales, publicó en The Financial Times una serie de recomendaciones para atajar el efecto de la actual turbulencia financiera en las personas con negocios o las empresas mismas.
"Los bancos deberían ser parte de la solución, no parte del problema. Ha llegado el momento de utilizar los colchones que las entidades acumularon en sus balances en los buenos tiempos", escribió el economista mexicano. "Para aumentar aún más la capacidad de préstamo, necesitamos que globalmente se suspendan la distribución de dividendos y las recompras de acciones de los bancos".
Luego de los rescates bancarios aplicados en México y otros países en pasadas crisis económicas, existe un cúmulo de experiencia de cómo actuar tanto antes como durante una disrupción económica, por lo que para los reguladores y bancos centrales a nivel global es claro que ante lo que se avecina, en materia de freno económico, es también mejor prevenir que lamentar.
De ahí que frente a ello, las autoridades bancarias mexicanas e internacionales estén buscando que las instituciones financieras estén en la mejor situación financiera posible para no sólo confrontar lo que se avecina --un probable incremento en incumplimientos ante las dificultades que enfrentaran muchas personas y negocios para mantener sus ingresos por el freno de actividades económicas--, sino también para estar en condiciones para ayudar a la recuperación económica, cuando ésta llegue.
De hecho, al menos en México, la CNBV, la entidad encargada de regular, junto con Banco de México, a la industria bancaria, ha venido aplicando más medidas a fin de permitir que la industria bancaria nacional pueda poner de su parte para poder superar la inminente crisis económica.
Por ejemplo, casi al mismo tiempo que el presidente de la CNBV, Juan Pablo Graf, reveló las directrices en materia de dividendos y recompras de sus acciones, también dio a conocer una autorización a los bancos para que puedan congelar los créditos que han otorgado a sus clientes por hasta seis meses. Con ello las autoridades, trabajando de la mano con la banca, buscan dar facilidades a sus clientes para que, en caso de dificultades en sus actividades por la recesión en la que cairá México, puedan posponer los pagos de sus adeudos, ganando con ello tiempo a que el país salga adelante.
Con esa posibilidad de aplazar sus pagos, los acreedores de la banca no caerán muy probablemente en incumplimiento de sus adeudos, que es lo que en esencia puede resultar dañino para los bancos.
"Las acciones tomadas por la CNBV le darán mayor flexibilidad tanto a los bancos como a sus clientes y ayudarán a que el impacto y el deterioro de las carteras sea menor, dejando así al sistema financiero en una mejor posición para enfrentarse a esta crisis", escribió Alejandro González, analista de Intercam, en una nota sobre el sector financiero en tiempos del coronavirus.
Claro que al mismo tiempo, para los analistas, se vuelve también crucial y relevante que los bancos preserven, en las posibilidad de sus capacidades, su capital y es en esto donde la recomendación de no gastar esos fondos en dividendos o en recomprar de sus propios títulos tiene sentido.
La propuesta de Carstens, de limitar los beneficios de los accionistas, también está en línea con la recomendación emitida días antes, el viernes 27 de marzo, por el Banco Central Europeo (BCE), que instó a los bancos bajo su jurisdicción a no pagar dividendos a sus accionistas ni realizar recompra de acciones, hasta al menos octubre, para así conservar capital para apoyar a los actores económicos afectados por el efecto económico que generarán las medidas de confinamiento y aislamiento para controlar la pandemia.
La importancia de estas medidas para el banco central europeo, presidido por la francesa Christine Lagarde, es tal, que estaría considerando incluso emprender acciones legales en contra de las instituciones financieras europeas que no sigan estas directrices.
No es claro si las medidas recomendadas en México considerarían penalizaciones a quienes no las cumplan, pero los bancos que no las vayan a seguir, deberán notificarlo por escrito a CNBV, explicando los motivos.
Infosel se puso en contacto con distintos bancos y grupos financieros mexicanos para conocer su posición al respecto de la recomendación de CNBV, pero todos declinaron realizar comentarios.
El organismo que representa los intereses del sector en México, la Asociación de Bancos de México, también, solo dijo que "la presidencia y dirección de la Asociación por el momento no puede emitir comentario alguno al respecto".
Entre los bancos cotizados en bolsa, como Grupo Financiero Banorte (MX:GFNORTEO), Banco Santander (MC:SAN) México, Banco Regional (Banregio (MX:RA)) y Gentera (MX:GENTERA), ellos ya habían anunciado recientemente la aprobación a las propuesta presentadas a sus asambleas el pago dividendos y también, en algunos casos, sus programas de recompras de acciones. Solo Banco Ve por Más, que no cotiza en bolsa pero tiene activos financieros en los mercados bursátiles, y que tuvo su asamblea el 23 de marzo, no contempló ni dividendos, ni recompra de acciones.
Otros, como Grupo Financiero Inbursa (MX:GFINBURO), Banco del Bajío (BanBajío) y Grupo Financiero Monex, aún no convocan a asamblea.
No es claro que acciones tomarán las instituciones cuyas asambleas aprobaron el plan de pago de dividendos y de recompras de acciones.
CNBV reconoció que su recomendación estaba en línea con lo establecido por el BCE y otros bancos centrales y autoridades de supervisión de países como Suecia, Italia, Rusia, Argentina, Canadá, Gran Bretaña, Bélgica, Austria, Dinamarca y Japón.
"El objetivo de esas recomendaciones es encauzar esos recursos al fortalecimiento de las propias instituciones bancarias, a fin de que estén en mejor posición de absorber las potenciales pérdidas que pudieran presentarse como resultado de la pandemia y cuenten con mayores recursos para apoyar a la economía", dijo la CNBV, en un comunicado, emitido en el marco de la recomendación.
Bajo la nueva directriz, se encuentran los fantasmas de crisis financieras pasadas, la más reciente de 2008, en el que varios bancos globales fueron objeto de medidas de rescate que estuvieron acompañadas posteriormente de mayores regulaciones y candados a las entidades financieras privadas.
"La regulación prudencial vigente se diseñó para evitar que los bancos se endeudaran en exceso. Sin embargo, ahora mismo tenemos el problema contrario: los bancos no están llenando el vacío dejado por la retirada de la financiación a través del mercado", escribió Carstens, en su artículo.
"Para ofrecer a las empresas viables oxígeno que les permita superar el repentino frenón económico causado por la covid-19, hace falta una solución que permita salvar el último tramo que separa a los prestamistas potenciales de las empresas que se encuentran al borde del abismo", agregó.
La discusión sobre las restricciones que deben aplicarle los gobiernos a los bancos e instituciones financieras no es novedad. Una polémica similar se vivió en la crisis subprime que estalló 12 años atrás en Estados Unidos, cuando el gobierno de Barack Obama decidió rescatar financieramente con recursos públicos a varias instituciones tras la quiebra del banco de inversión, Lehman Brothers.
El programa de rescate bancario implicó la erogación de 21 mil millones de dólares provenientes de dinero de los contribuyentes estadounidenses.
Si bien la administración de Obama dijo que al final obtuvo un beneficio financiero cercano a los siete mil millones de dólares --por los paquetes accionarios que obtuvo de los bancos rescatados-- muchos criticaron que el gobierno no impidiera que los bancos siguieran dando dividendos a sus accionistas o bonos millonarios a sus directivos como parte de su remuneración.
Por ello, ahora que el gobierno de Donald J. Trump y la facción del Partido Republicano en el Congreso propusieron un paquete de estímulos por dos billones de dólares para ayudar a la economía a enfrentar los daños provocados por la pandemia del covid-19, encontraron la resistencia de los demócratas.
Algunos legisladores de ese partido como Nancy Pelosi o Bernie Sanders, la presidenta de la Cámara de Representantes y el senador y aspirante a candidato presidencial demócrata, lucharon hasta el último momento porque se pusieran restricciones a las empresas respecto a cómo usar los recursos de emergencia y al final lograron imponer ciertos candados.
En México el rescate más emblemático fue el activado en la década de los noventa que implicó la creación del Fondo Bancario de Protección al Ahorro, el Fobaproa, una de las principales fuentes de crítica del gobierno lopezobradorista a pasadas administraciones.
"La riqueza fluyó de abajo hacia arriba, de modo que empobreció más a los pobres y enriqueció por partida doble a los ricos. El ejemplo más claro de lo anterior es el atraco que se cometió. . . con el Fondo Bancario de Protección al Ahorro", escribió el gobierno lopezobradorista en su Plan Nacional de Desarrollo 2019-2024.
"Los bancos rescatados y adquiridos en su mayor parte por empresas financieras extranjeras han ganado decenas de miles de millones de dólares, buena parte de los cuales ha sido enviada a los países de origen de los poseedores", agregó el mandatario
* Francisco Delgado, Ricardo Garduño y César Pérez contribuyeron a esta historia.