Investing.com -- Alemania finalmente se está tomando en serio la retirada del carbón, y a las empresas que lo queman les está yendo muy bien, gracias.
RWE (DE:RWEG_p), la mayor generadora de electricidad generada por carbón del país, ha alcanzado su cota más alta desde septiembre de 2014 este jueves tras conocerse que se embolsará hasta 2.600 millones de euros en compensaciones por el cierre de sus últimas plantas de carbón, alrededor de 600 millones de euros más de lo que se había planteado previamente.
A las 11:00 horas (CET), RWE (DE:RWEG) se dispara un 1,8%, las acciones con segundo mejor rendimiento en un índice DAX que descendía a la deriva un 0,1% según se desvanecía el resplandor de la tregua comercial entre Estados Unidos y China. El índice de referencia Stoxx 600 se mantuvo sin cambios en 419,46.
Los informes, que aún no se han confirmado oficialmente, se conocen tras un la firma de un acuerdo revolucionario a nivel político este miércoles, en el que la canciller federal Angela Merkel acordó un paquete de ayuda de 40.000 millones de euros con los primeros ministros de cuatro estados en los que la minería de carbón sigue suponiendo gran parte de la economía local.
El acuerdo político es un paso más en un camino dolorosamente largo y sinuoso para la reinvención de RWE (DE:RWEG_p), producto de la confusa respuesta de Alemania al cambio climático. Merkel comprometió a Alemania a generar energía de carbón durante otros 30 años cuando aceleró el cierre de las plantas nucleares del país a raíz del desastre de Fukushima en 2011. Por el contrario, el Reino Unido, que ha permitido que sus plantas nucleares sigan funcionando hasta el final de sus vidas naturales, se ha apartado completamente de la fuente de energía que produce más gases de efecto invernadero que ninguna otra.
El acuerdo político alcanzado anoche pospone la fecha prevista para la retirada del carbón —el pegadizo Kohleausstieg— hasta 2035. La compensación, si se confirma, eliminará más incertidumbre de las previsiones financieras de RWE (DE:RWEG_p) y allanará el camino para que desbloquee más valor para los accionistas al derivar sus activos renovables sustanciales a otra empresa. Eso si puede soportar otra reestructuración tras el complejo intercambio de activos con su rival E.ON (DE:EONGn) en los últimos dos años.
Los analistas de Goldman Sachs (NYSE:GS) señalaron la semana pasada que RWE (DE:RWEG_p), que ya es el tercer mayor generador europeo de energías renovables, podría convertirse en un objetivo de adquisición, dado el atractivo de sus activos renovables y su valoración actual barata (su valor de empresa es sólo siete veces el EBITDA, en comparación con las alrededor de 14 del operador danés de parques eólicos Oersted (CSE:ORSTED). Las acciones han triplicado su valor desde sus mínimos de 2016, pero conservan aun así sólo un tercio de su valor anterior a la crisis.
Sería poco probable que a Alemania le hiciera gracia una adquisición extranjera de RWE (DE:RWEG_p), dada su estratégica importancia para la economía y sus raíces en el suministro de energía local. Pero el gestor de activos Blackrock (NYSE:BLK) predecía a principios de esta semana una "profunda" reasignación del capital global impulsada por la sostenibilidad y las preocupaciones en torno al cambio climático, de manera que es muy probable que las acciones de RWE se aprovechen de un fuerte viento de cola.