El Raiffeisen (VIE:RBIV) Bank International (RBI) austriaco está sometido a un intenso escrutinio mientras navega entre las consecuencias de un acuerdo fallido y las crecientes presiones tanto de Estados Unidos como del Banco Central Europeo (BCE) para que reduzca sus compromisos con Rusia.
Estados Unidos ya había advertido al RBI contra un acuerdo vinculado a un oligarca ruso, que el banco acabó cancelando en mayo tras un severo ultimátum de Washington que amenazaba su acceso a los dólares estadounidenses, un aspecto crucial de sus operaciones.
El banco, que es el mayor prestamista occidental en Rusia, había planeado adquirir una participación en la constructora austriaca Strabag, una operación que el Tesoro estadounidense asoció con Oleg Deripaska, un empresario ruso sometido a sanciones por Estados Unidos. Deripaska ha negado tener intereses en Strabag, calificando la respuesta estadounidense de "tonterías".
A pesar de la decisión del RBI de cancelar la transacción, Estados Unidos no ha retirado su amenaza de sancionar al banco y sigue vigilando de cerca cualquier posible violación de las sanciones. El BCE también exige al Banco de Reserva de la India que actúe con rapidez, para lo cual ha enviado funcionarios a una reunión del consejo de supervisión en junio y ha exigido al banco que exponga sus próximos pasos.
El RBI ha declarado que está reduciendo su exposición en Rusia, lo que incluye disminuir el volumen de préstamos y pagos y trabajar para reducir los depósitos, que actualmente ascienden a 14.000 millones de euros. Sin embargo, los supervisores europeos del banco están preocupados por la falta de transparencia en relación con las operaciones rusas del RBI.
La situación coloca a RBI, una institución financiera clave con gran influencia en Austria y Europa del Este, en una posición precaria. Los beneficios del banco procedentes de Rusia ya se han disparado este año, en gran parte debido al aumento de las comisiones sobre pagos internacionales.
En el contexto de estos acontecimientos, los reguladores europeos han debatido planes de contingencia para el RBI, incluida una posible ruptura, en caso de que el banco se enfrente a una crisis existencial desencadenada por las sanciones estadounidenses. Estas discusiones quedaron en suspenso en marzo de 2023 debido a otras preocupaciones bancarias mundiales.
Los funcionarios austriacos se han mostrado reacios a presionar demasiado al RBI, temiendo las repercusiones de cualquier debate público sobre los posibles problemas del banco. El RBI ha declarado que su objetivo es salir de Rusia, pero no ha facilitado un calendario para su salida.
Esta saga en curso ilustra la compleja interacción entre los intereses nacionales, las sanciones internacionales y las estrategias financieras de los bancos con vínculos rusos. Mientras el RBI trata de responder a las preocupaciones de las autoridades estadounidenses y europeas, las futuras operaciones del banco en Rusia siguen siendo inciertas.
Reuters ha contribuido a este artículo.Este artículo fue traducido con la ayuda de inteligencia artificial. Para obtener más información, consulte nuestros Términos de Uso.