por Patricia Guerrero Medina
Infosel, septiembre. 9.- La relación entre los desarrolladores inmobiliarios y el nuevo gobierno de la Ciudad de México, que inició con el pie izquierdo tras varios meses de proyectos detenidos, parece recomponerse, lo que podría regresar la luz a un sector que es vital para la economía local y, por ende, para la economía nacional.
El cariz conciliatorio se hizo público en agosto, cuando el gobierno capitalino presentó un programa de 11 corredores urbanos enfocados a proyectos de vivienda.
Ese día las autoridades y empresarios estuvieron juntos, a pesar de que unas semanas antes aún había decenas de obras detenidas por la revisión a permisos de construcción que emprendió la jefa de gobierno, Claudia Sheinbaum, desde los primeros días de su administración.
"De los [proyectos] que nosotros tenemos información ya se levantaron los sellos", dijo María José Fernández, directora general de la Asociación de Desarrolladores Inmobiliarios (ADI), la organización que vela por los intereses del sector. "Afortunadamente ya se reanudó el diálogo con el gobierno central, la actividad económica está empezando a mejorar".
Tan solo las 81 compañías afiliadas a ADI, entre las que están Artha Capital, Gicsa o Marhnos, contabilizaron 88 proyectos detenidos, lo que representa una tercera parte de los proyectos inmobiliarios en desarrollo en Ciudad de México.
La preocupación del freno a las construcciones en una de las cinco ciudades más grandes del mundo no solo fue para el sector industrial, sino que por su dimensión, trastocó la economía y la creación de empleos en toda la zona metropolitana e incidió también a nivel nacional.
El valor de producción en términos reales de las empresas constructoras en la capital retrocedió 10.9% en los primeros seis meses del año, al compararlo con la primera mitad de 2018, lo que contribuyó a que el mismo indicador a nivel nacional retrocediera 5.6% para el mismo lapso, de acuerdo con el Centro de Estudios Económicos del Sector de la Construcción (Ceesco).
Las cifras mensuales de trabajadores de la construcción con seguridad social en Ciudad de México mostraron un descenso de entre 4.8 y 11.3% en ese periodo, siendo los peores registros en los últimos 21 años solo superiores a las cifras reportadas a inicios de 2009, en tiempos de la recesión económica mundial.
Pero este último indicador mostró una ligera mejoría en julio --idéntico mes en el que ADI observó la reactivación de obras--, con el repunte de 0.9% de empleados del sector asegurados ante el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Ciudad de México, lo que si bien aún es bajo en comparación con tasas de crecimiento previas, ofrece indicios de que las empresas ya comenzaron a solicitar más ingenieros, albañiles y otros trabajadores.
La mejora en este indicador también abonó a que el crecimiento a nivel nacional fuera de 1.2% entre ambos meses.
Claro que el freno del sector en los primeros meses del año dejó impactos negativos que difícilmente podrán ser remontados en la segunda parte de 2019, como la pérdida de siete mil 200 millones de dólares y alrededor de 50 mil empleos, de acuerdo con la directora de ADI.
"Lamentablemente no es que se empiece a tener un diálogo e inmediatamente se empiecen a agilizar las obras, esto toma tiempo", agregó Fernández. "Hay que volver a capacitar a la gente, muchos proveedores del sector, hay que volver a recontratar".
Para los desarrolladores, no obstante, la reanudación de las actividades es una buena señal debido a la importancia de la capital para el negocio de bienes raíces. Muestra de ello es que de los 36 mil millones de dólares que invirtieron en proyectos inmobiliarios durante el sexenio anterior, 43% fueron destinados a obras en Ciudad de México.
"Estamos muy contentos que se haya restaurado el diálogo con la jefa de Gobierno", agregó Fernández. "Estamos teniendo una muy buena recepción y un muy buen diálogo. Ha cambiado la actitud".
Para algunos, como Sergio Chagoya, experto en financiamiento de proyectos de infraestructura de la firma legal Santamaria + Steta, la reactivación de obras en la ciudad también bonificará al sector de la construcción a nivel nacional.
"Aunque inició el primer año del gobierno federal con relativa incertidumbre para la inversión en infraestructura, se avizora el arranque de diferentes inversiones [. . .] que prometen una reactivación mesurada de importantes sectores de la economía", dijo citado en un reporte.
Incluso el sector de la construcción terminó con una sorpresa positiva el primer semestre del año, al registrar un avance mensual desestacionalizado de 4.1% en junio, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía. Este resultado fue el segundo mayor crecimiento del año, detrás del 4.2% observado en enero, con lo que ese sector dejó atrás la debilidad observada en mayo, cuando cayó a su nivel más débil en cinco años.
El avance fue consecuencia del repunte de 4.3% observado en la edificación residencial, así como del crecimiento de 5.6% en proyectos no relacionados con vivienda, ambos en su comparación mensual desestacionalizada, de acuerdo con datos de Inegi, como también se conoce al organismo responsable de recabar la información económica y social del país.
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